Salió cruz en un duelo espectacular
UN MACCABI ENERGÉTICO El Barça creo que durante gran parte del duelo se vio sorprendido por la intensidad y el carácter que imprimió su rival. De hecho, la iniciativa fue siempre del Maccabi que supo plantear un partido plagado de artimañas que bloquearon las ideas de los blaugranas. Los constantes cambios defensivos de los israelitas, unido al 2x1 que plantearon a los interiores del Barça, y su enorme desgaste físico, descentró el ataque de los de Saras y logró que nunca se sintieran cómodos sobre la pista. Además, excepto en el tramo final del partido, el juego del Maccabi fue mucho más equilibrado entre piezas exteriores e interiores. El dominio y la intimidación en la pintura de la pareja Zicic-Bender fue de tal calibre que dejó a los pívots del Barça en entredicho. El complemento del perímetro de los locales, a pesar de ser de una gran anarquía, sumó muchos puntos en situaciones límite, cuando la pelota más quemaba. Sin duda, al final todo se redujo a un cara o cruz, con una decisión final del árbitro incomprensible, pero que puede servir de aviso para los blaugranas.
Un toque de atención.
La clave: el Barça se vio superado por un Maccabi mucho más agresivo y ambicioso
FALLÓ EL COLECTIVO El Barça acostumbra a deslumbrar por un basket de equipo en el que muchos jugadores aportan al colectivo. Ante el Maccabi no fue así, y Saras apostó por una rotación corta, dando muchos minutos a sus piezas más básicas. Es incuestionable que ante el Maccabi los blaugranas reaccionaron y fueron jugando mejor conforme pasaron los minutos. Pero se dejaron “robar la cartera” en aspectos como las ganas, el esfuerzo físico y la ambición. Y cuando quisieron revertir el resultado, la suerte no fue su aliado. Centrar casi todo el protagonismo en Calathes, Higgins, Kuric, Mitotic y Davies es una alternativa arriesgada, ya que la fuerza del Barça, y su actual liderazgo en la Euroliga, residen en una aportación más numerosa. Reconozco que me deja algo preocupado la sensación de inferioridad que durante muchos minutos transmitió el juego interior del Barça. Da qué pensar ante retos más trascendentes, que no tardarán en llegar.