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Sadurní: un mito de 80 años

Salvador Sadurní Urpí (L'Arboç, 3-4-1941) cumple 80 años este sábado. Leyenda culé y uno de los mejores metas europeos de su época, destacó por su sobriedad y colocación

- DAVID SALINAS @flytoapia

Defendió la portería del FC Barcelona en 332 partidos oficiales, entre mayo de 1961 y junio de 1975, y ganó seis títulos, además de tres trofeos Zamora. Ídolo indiscutib­le, se ganó a la afición por juego, humildad y compromiso a lo largo de las 16 temporadas como futbolista azulgrana.

El Barça siempre estará en deuda con Sadurní. Es cierto que la entidad le dio fama, prestigio y dinero, pero también lo es que él correspond­ió con entrega y lealtad. El Camp Nou le tributó una emotiva despedida el 1 de septiembre de 1976, junto a otros dos históricos como Joaquim Rifé y Antoni Torres. Desde entonces su nombre aparece siempre entre los guardameta­s del Barça que dejaron una huella imborrable. Sadurní, apodado `Chato' por Kubala, un sobrenombr­e que Laszi recuperó de los tiempos en los que coincidió con otro fuera de serie en el marco barcelonis­ta, Juan Zambudio Velasco, celebrará su 80 aniversari­o con los suyos, en su domicilio de L'Arboç, donde ha residido siempre y cultiva un huerto y un viñedo. Estará rodeado por la familia, soplará las velas y brindará con cava.

RECUERDOS Tendrá tiempo a lo largo del día para rememorar episodios pasados como barcelonis­ta. Por ejemplo, cuando se proclamó campeón de Copa en 1968, en la famosa `final de las botellas'. Sadurní fue un cerrojo. Lo paró todo. El Barça venció 0-1 gracias a un autogol de Zunzunegui, pero el `Chato' defendió esa ventaja con oficio y dignidad, pese a los insultos y a la peligrosa lluvia de cristal. El recibimien­to de la afición fue de aquellos que no se olvidan por tratarse de una `doble' victoria. También viajará a El Molinón, donde debutó el 11 de mayo de 1961 en un partido de Copa contra el Sporting (2-4) de la mano de Enrique Orizaola y donde, 13 años después, experiment­ó la felicidad absoluta al ganar la Liga 1973-74, también tras una victoria por 2-4. Su única Liga, una de las más valoradas por la afición por estar esperándol­a 14 largos años. Llegó a pensar que se retiraría sin saborear este éxito pero, con aquel equipazo liderado por Cruyff, el título no pudo resistirse a un Barça fascinante y seductor.

Otra hazaña que obra en su poder la firmó la temporada 1968-69, cuando cerró la primera vuelta de la Liga en el Camp Nou sin encajar ningún gol. Nadie pudo con

Sadurní. Luis Aragonés rompió su racha en un Barça-Atlético (4-1) pasado por agua. Su elevado rendimient­o lo llevó a ganar tres trofeos Zamora, que pudieron ser cuatro si el entonces entrenador, Roque Olsen, lo hubiera alineado el último partido, pero no lo hizo… Le pasó factura, entre otras cosas, por no querer establecer­se en Barcelona como le había pedido. Sadurní siguió viviendo en L'Arboç, pero nunca llegó tarde a ningún entrenamie­nto. Tuvo en Antoni Ramallets a su gran referente. En juego y costumbres. Si ambos eran ágiles y valientes, ambos acostumbra­ban a jugar con camiseta oscura. Negra, generalmen­te, aunque en ocasiones azul marino. Estampas de tiempos y escenarios distintos, pero figuras queridas y respetadas por su devoción y entrega al FC Barcelona.

CURIOSIDAD­ES Con 16 temporadas en el primer equipo, Sadurní ha recopilado multitud de anécdotas, como jugar un amistoso en junio de 1971 con un combinado de Casablanca contra… ¡el Real Madrid! El partido fue en homenaje a Hassan Akesbi,

uno de los mejores jugadores de Marruecos, y el equipo local se reforzó también con el canario Germán (Las Palmas) y el francés Jean Djorkaeff (PSG), padre del que fuera también internacio­nal galo Youri.

Volvió a ser figura y, en una época en la que no contaba para Vic Buckingham, se rumoreó que podría acabar de blanco… En una ocasión, antes de un partido en el Camp Nou de la temporada 1970-71, el técnico inglés facilitó el once a excepción del portero. Y cuando finalizó la charla, dijo: “Jugará Sadurní porque, si no, me matan los socios”. En aquellos tiempos el preferido de Buckingham era Reina, que no contaba con la aprobación de una parte de la afición.

Sadurní, igualmente, en un amistoso contra el Nàstic, al enviar un balón a saque de esquina por encima del travesaño, se colgó instintiva­mente en el larguero, que acabó cediendo. El partido, ya en la recta final, pudo seguir, pero después de que dos operarios `entablilla­ran' el travesaño con dos maderas y una cuerda…

Debutó con 20 años y jugó su último partido oficial con 34. Brilló en una época oscura para el barcelonis­mo, superó vicisitude­s e injusticia­s. Nunca se descompuso. Profesiona­l íntegro, se privó de muchas cosas para estar siempre a disposició­n de los entrenador­es. Este sábado, cuando celebre los 80 años de vida, también recordará su mayor logro como profesiona­l: el cariño y respeto de la afición, de Catalunya y otras partes, como de Santander, desde donde recibió un álbum con fotografía­s y recortes de la prensa de la época que abarcan toda su exitosa carrera.

El de L’Arboç sigue siendo un ídolo de la afición azulgrana por su compromiso y humildad

 ?? ANTONI CAMPAÑÁ ?? Salvador Sadurní y su clásica estampa de azulgrana. El de L'Arboç debutó de forma oficial en mayo de 1961 y jugó su último partido en junio de 1975 //
ANTONI CAMPAÑÁ Salvador Sadurní y su clásica estampa de azulgrana. El de L'Arboç debutó de forma oficial en mayo de 1961 y jugó su último partido en junio de 1975 //
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