Industrias estrena `casa' ante el Barça
Por fin el equipo que preside Vicenç Garcia contará con un pabellón acorde con la historia y la importancia del club
Tras dos años de ‘exilio’, el cuadro de Santa Coloma regresa mañana a su pabellón para recibir al Barça
El `decano' Industrias Santa Coloma vuelve mañana a su casa del Pavelló Nou (12.30 horas/Esport3) tras más de dos años de `destierro' por obras. En ese tiempo, el equipo del `mito' Javi Rodríguez ha tenido que jugar hasta en tres pistas distintas. Y el reestreno de la instalación de Santa Coloma de Gramenet no podía tener mejor visitante: el Barça. El primer partido que acogerá oficialmente el pabellón contará con público en las inmaculadas gradas. De un total de 1.500 localidades que podrían ampliarse hasta 2.400, se permitirá el acceso de 250 aficionados, en su mayoría abonados. Ahora sí se puede decir que es el NOU Pavelló Nou tras una reforma integral que ha supuesto una inversión de 4,4 millones de euros en una instalación cuyo primer `estreno' data del lejanísimo 1977 para adaptarse a las exigencias de la Primera División de fútbol sala.
El sábado de la pasada semana tuvo lugar la protocolaria inauguración y ese mismo día se abrieron sus puertas para todos los colomenses.
HÁNDICAP Los jugadores se ejercitaron por primera vez en la remozada pista el 23-M y la Copa de España le ha dado días `extra' antes de recibir al campeón de Europa. No jugar donde se entrenaban ha perjudicado tanto a los colomenses que Javi Rodríguez se plantó en enero y decidió jugar sí o sí en La Colina, donde se ejercitaban. Desde ahí han encadenado triunfos ante Ribera Navarra, O Parrulo y Burela, los únicos que llevan como locales. El míster transformó el `se juega como se entrena' al `se juega donde se entrena'. Y acertó.
EXILIO Industrias Santa Coloma dejó el Pavelló Nou en febrero de 2019 y se `exilió' al Olímpic, sede habitual del Joventut. Los colomenses se entrenaban en otra pista badalonesa, La Colina, donde han encadenado sus mejores resultados. Antes, iniciaron el curso en el coqueto Camp del Ferro barcelonés.