Feria de abril sevillista en Balaídos
Aseis puntos. Metido en la lucha por el título. El Sevilla conquistó Balaídos y no se descarta por el campeonato. Encuentro para enmarcar, con alternativas, goles y emoción a raudales. Celta y Sevilla, clásico con reminiscencias noventeras. De descensos frustrados a Segunda B. De Liga de veintidós. Dos equipos de fútbol escrito en mayúsculas, que brindaron al aficionado neutral uno de los mayores espectáculos de lo que llevamos de campeonato.
No da este espacio para plasmar lo vivido en Vigo. Un toma y daca absoluto en el que los olívicos salieron vencedores al primer tiempo gracias al talento de A Madroa. Porque ni el 01 de Koundé a la salida de un córner ni el afortunado 2-2 de Fernando, tras rebotar en Aidoo, achicaron a los celestes.
Iago Aspas, con cara de Eurocopa, empató de penalti, no se le aceleró el pulso ante Bono en el 2-1 y dejó pasar un profundo pase de Denis para que Brais se luciera ante el portero marroquí en el 3-2.
El pulso prosiguió en un segundo tiempo de vértigo. Gallegos y andaluces pelearon cada centímetro de césped. Rakitic recicló un centro poco nítido de En-Nesyri y empujó sin oposición. El Papu penalizó el único error de Aidoo para rubricar la remontada en un duelo de locura.
Julen Lopetegui pudo celebrar su centenario en el banquillo de los nervionenses con triunfo en Vigo