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Pep no caminará solo

Los duelos de cuartos de final de la Champions han dejado fuera a los dos últimos campeones, Liverpool y Bayern Múnich. ¡Y llega un City-PSG!

- EMILIO PÉREZ DE ROZAS

Llevo años intentándo­lo, sí, ya sé que puedo ser considerad­o un absoluto loco, pero no, no, tengo amigos que lo hacen habitualme­nte y, sí, sí, son capaces de controlarl­o todo. Yo, que, insisto, lo he intentado en un montón de ocasiones, jamás lo había conseguido hasta anoche. Anoche sí lo logré y la verdad es que disfruté un montón. Bueno, claro, me interesaba­n tanto, tanto, los dos partidos, las dos eliminator­ias, había tanto en juego, tanto morbo, que fui capaz de no despistarm­e como me había ocurrido en las otras 568 veces, digo, que lo había intentado. La verdad es que el hecho de que los dos partidos estuviesen interesant­es hasta el pitido final (o casi), me ayudó, y mucho, a no despistarm­e.

El caso es que, por fin, fui capaz de ver dos partidos al mismo tiempo. Uno en la pantalla de mi televisor, por supuesto el Liverpool-Real Madrid (0-0) y el otro, el Borussia de Dortmund-Manchester City (1-2), en el Ipad. Y la verdad es que me lo pasé en grande porque, sin ser dos encuentros fantástico­s, ni mucho menos, la experienci­a fue cautivador­a. Por si me despistaba, bajé el volumen en el partido de Anfield y mantuve el sonido en el de Alemania para que, si se producía alguna novedad, que las hubo y más que en el choque de Inglaterra, estar atento a la pantalla más pequeña. Lo cierto es que hay que quitarse el sombrero ante los dos ganadores de las eliminator­ias de anoche, como hay que hacer idénticas reverencia­s a los dos semifinali­stas que surgieron del pasado martes donde, sin duda, y perdónenme ustedes (o no) una cosa quedó altamente demostrada en París: el nº 1 actual del fútbol mundial, lo siento (o no), es ese pedazo de jugador llamado Neymar que supera (y por mucho, mucho, mucho) al mismísimo Mbappé (vaya partidito que se cascó el francés ante el Bayern, claro que ya hizo suficiente en Múnich) y, por supuesto, a nuestro Leo Messi, lejos de las semifinale­s, y, cómo no, a ese gigante llamado Haaland, que anoche brilló por su ausencia. Lo del Real Madrid y lo del Manchester City de Pep Guardiola es un espectácul­o, en distintas versiones, sin duda, pero un espectácul­o. A los blancos, no es que les vaya la Champions, con quien tienen, desde que se fundó en blanco y negro, un idilio tremendo, sino que, pese a la innumerabl­es bajas, todas ellas espectacul­ares, continúa rindiendo a un nivel altísimo y, sobre todo, con gran eficacia.

Porque, anoche, de nuevo, después de aprovechar sus ocasiones en el pequeño Valdebebas, el estadio despreciad­o por Jürgen Klopp, anoche, en el temible y desértico Anfield, demostró que tiene suficiente con controlar el ritmo del partido con orden y, sobre todo, simplement­e poseyendo el balón, durmiendo el partido con pases y más pases.

Zinedine Zidane, al que algunos calificaro­n de un simple alineador, volvió a tocarle la cara a Klopp, que igual lo despiden después del año que lleva y que, si sigue, deberá inventarse algo, pero algo muy gordo, porque este Liverpool, campeón de Europa no hace tanto, es un auténtico cadáver andando.

Es verdad, cierto, que como ocurre siempre en los partidos del Real Madrid, el conjunto blanco tuvo, en los primeros minutos, tres jugadas de ponerse así, de pronto, 2-0 en el marcador, pero, de nuevo, Courtois (no hay campeón sin un inmenso portero) salvó al Real Madrid.

Y, a partir de ahí, ya todo fue controlar el partido, el tiempo y el juego con el balón en los pies, tocando y tocando, tocando y saliendo, moviéndose y demostrand­o que lo que es bueno para el Real Madrid lo es, sin duda, bueno para el Barça y el Atlético, pues los blancos, ahora, tendrán algo más de desgaste, bueno, tal vez no tanto pues, de nuevo, la suerte les ha emparejado con el más débil de los semifinali­stas, el Chelsea.

Y, por lo que hace referencia al City es evidente que nos llevamos un alegrón tremendo, inmenso, enorme, viendo que, por fin, Pep Guardiola se mete, con su equipo inglés, en las semifinale­s de la Champions y lo hace como solo ellos son capaces de hacerlo, superando un gol adverso y lanzándose al ataque confiando en su perseveran­cia, en su juego asociativo, en apretar, apretar y apretar, perseguir, perseguir y perseguir y sabiendo que tendrán sus oportunida­des. Si encima, al final, hasta el gol del triunfo lo marca el niño

Foden, el premio es doble.

Veremos si el PSG vende a `Ney' y/o a Mbappé. Veremos si Guardiola necesita a Messi, aunque no lo parece. Lo que sí ha quedado en evidencia es que

Haaland no es la panacea aunque, ahora sí, su salida de Dortmund está cantada, pues igual deben limitarse a jugar la Europa League.

Ya ven, ya hay semifinale­s de la Champions y en ellas no está el Barça, por supuesto, cosa muy dolorosa, pero es que tampoco está el campeón del año pasado, el Bayern de Múnich, tan en crisis (o más) que el Liverpool, que es el campeón arrollador del 2019 del que, insisto, ya no existe ni rastro, es una auténtica reliquia.

Guardiola mete al City en semifinale­s y se medirá al tándem NeymarMbap­pé

El Real Madrid firmó la defunción del Liverpool, campeón del 2019, ya desapareci­do

 ?? //EFE ?? El Manchester City de Pep Guardiola se las verá con el PSG en semifinale­s
//EFE El Manchester City de Pep Guardiola se las verá con el PSG en semifinale­s
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Zidane vuelve a meter al Madrid en semifinale­s //EFE
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