Eriksen: ni un paso atrás
Susto monumental. De nuevo, la pesadilla de Davide Astori, Christian Benítez, Yair Clavijo, Miklos Feher, Marc-Vivien Foé, Antonio de Nigris, Dani Jarque, Naoki Matsuda, Alen Pamic, Clement Pinault y Antonio Puerta, todos jugadores profesionales de fútbol a los que les llegó la muerte en su plenitud deportiva. Pero como ellos, miles de futbolistas anónimos se dejaron la vida en el campo enfermos del corazón. Las investigaciones en este campo demuestran que el 70% de los deportistas con enfermedades cardíacas pueden curarse y volver a competir.
Tal vez recuerden el caso mediático de Biel Vargas, jugador de diez años del Peralada, a quien hace ahora dos la sabiduría del doctor Ferran Rosés y su maravilloso equipo de Cardiología Pediátrica del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, le salvaron la vida y lo recuperaron para el fútbol. Sirva su ejemplo para continuar en la lucha y evitar lo evitable. A saber: en cada campo de fútbol debe haber un desfibrilador y personal que lo sepa usar y en cada club, personas formadas en su utilización. Que los ayuntamientos no cedan en sus obligaciones de formación y que las entidades no deriven en sus responsabilidades. Que las federaciones endurezcan los reconocimientos médicos y promuevan las campañas de sensibilización y que las administraciones públicas inviertan y entiendan que cada pérdida es mucho más que una tragedia. Ni un paso atrás.