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“Si nos quejamos por todo, ¿a qué vamos al Dakar?”

A su regreso de Arabia Saudí, Isidre Esteve nos da las claves para entender la actual transforma­ción del Dakar

- @LauraAlbia­c LAURA LÓPEZ ALBIAC

Con catorce ediciones del Dakar a sus espaldas, las siete últimas en la categoría de coches tras el accidente que le dejó en silla de ruedas, Isidre Esteve (Oliana, 1972) tiene una perspectiv­a óptima de lo que debe ser la carrera que tanto interés despierta cada mes de enero. El piloto de Repsol Rally Team hace balance de su actuación (27º) y sobre todo, apunta las claves de un rally que sigue reinventán­dose.

¿Qué sensación le ha dejado el último Dakar?

Hemos visto una carrera marcada por la innovación tecnológic­a, con el prototipo híbrido de Audi y la introducci­ón de la clase T1 +, con ruedas más grandes, antipincha­zos, y mayor recorrido de suspension­es. Ha sido la edición más competida en muchos años y en cambio, ha resultado menos dura de lo que se esperaba. La primera semana, con las lluvias, la arena de las dunas estaba compactada y no hubo tanta dificultad. En cuanto a la navegación solo hubo tres días realmente complicado­s.

La excesiva velocidad de las etapas fue muy criticada…

Es que no es bueno para el Dakar que haya etapas de 300 km en los que 280 te los pasas acelerando, porque significa que, salvo averías o accidentes, en carrera no pasa nada, no hay sorpresas.

Ha sido un rally de gas a fondo, acercándon­os todo el tiempo al límite de 170 km/hora.

También hubo quejas sobre la navegación. El primer día, muchos se perdieron y dijeron adiós a sus opciones.

Es cierto que faltaba informació­n en el libro de ruta sobre ese punto que tanta polémica suscitó, pero en general creo que el Dakar debería ser así todos los días. Si nos quejamos de manera estrepitos­a cada vez que nos perdemos queda un rally sin dificultad.

Otra polémica que le afectó, el orden de salida...

La organizaci­ón cometió un error garrafal y lo reconoció. Este Dakar formaba parte del nuevo campeonato del mundo FIA de raids y se hizo un reglamento pensado para un formato de carrera más pequeño, sin tantos inscritos. Se decidió que salieran delante los 30 primeros coches y los prioritari­os, la gente que paga por competir en el campeonato del mundo. Pero no tuvieron en cuenta que aquí hay al menos 50 coches que van muy rápidos. Acabaron rectifican­do, pero a nosotros nos lastró mucho. También fue un gran problema la opción de reengancha­rse. No puede ser que debas pelear en pista con pilotos que han estado tres días parados en el campamento y no puntúan en la general.

A nivel personal, ¿satisfecho de su posición final?

Mucho. Antes de empezar ya sabíamos que con los T1+ había 20 coches contra los que no podíamos competir y estábamos en un segundo grupo de 50 coches con tecnología similar.

Usted y Albert Llovera fueron pioneros en demostrar que pueden competir en el rally más duro del mundo pese a su discapacid­ad. Este año Joan Lascorz ha dado otra muestra de ello. ¿Se siente orgulloso de abrir camino?

Celebro muchísimo que gente con problemas de movilidad diversa pueda participar en igualdad de condicione­s en el Dakar. La FIA y la Federación Española han encontrado una vía para que este deporte sea realmente inclusivo. En otras modalidade­s no es posible, pero nosotros sí tenemos esa oportunida­d y es magnífico.

Ha competido en África, Sudamérica y ahora Oriente Medio. ¿Cree que el Dakar mantiene su espíritu original?

No, ha cambiado muchísimo, por adaptarse a los nuevos tiempos y por las exigencias. En África había etapas maratón de tres días, con 700, 800 y 1.000 kilómetros. La primera noche en el campamento había solo un camión de los 60 que salieron, 3 coches de 150 y 25 motos de 170. Y no pasaba nada, eso era el Dakar. Épico. Ahora todos se quejan, si es rápido, duro, si no encuentran los way point… entonces ¿a qué carrera venimos? La organizaci­ón está tan presionada que intenta contentar a los equipos y se pierde la esencia.

¿Su objetivo para 2023?

No me gusta ir al Dakar solo a participar. Hay que conseguir un coche T1+ para pelear arriba.

Los equipos presionan tanto que el rally pierde su esencia

Mi objetivo es conseguir un coche T1+ para optar a estar más arriba

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//FÉLIX ROMERO Isidre Esteve, todo un veterano del Dakar, reconoce que el rally que le `enganchó' hace más de 20 años ha cambiado y ha perdido parte de su esencia
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