Sport

Boda y partido en Marsella

Un noruego y una brasileña pasaron a la historia del fútbol en junio de 1998: no por jugar un partido, sino por contraer matrimonio en el campo antes de un Brasil-Noruega

- JAVIER GIRALDO @javiergira­ldo

Cuando el noruego Oivind Ekeland echó un vistazo al calendario del Mundial de Francia 1998, se le encendiero­n las luces: en el grupo A, Brasil y Noruega jugarían su partido el 23 de junio, en Marsella.

Qué mejor ocasión que esa para casarse con su novia brasileña, Rosangela de Souza, pensó. Y se puso manos a la obra para casarse no solo ese mismo día, sino en el mismo escenario del partido, el estadio Vélodrome, minutos antes de que la pelota echase a rodar.

Ekeland se puso en contacto con la FIFA para pedir permiso'. No tenía muchas esperanzas de que el máximo organismo del fútbol internacio­nal y organizado­r del torneo relajase sus protocolos hasta ese extremo.

Pero de manera sorprenden­te, se lo concedió, probableme­nte sensibiliz­ado porque días antes, los hinchas ingleses habían causado numerosos destrozos en la ciudad.

LA REFLEXIÓN Y EL OK DE LA FIFA “La pareja nos preguntó hace varias semanas si sería posible casarse en el estadio”, confirmó el director de comunicaci­ón de la FIFA, Keith Cooper.

“Tras mucho reflexiona­r, la FIFA consideró que esta sería una buena forma de demostrar que cuando decimos que el fútbol une a las personas mediante lazos el amor y la amistad, lo sentimos realmente”.

Eso sí, la FIFA dejó claro que el permiso era excepciona­l. También pidió a los novios que no se prodigasen mucho en la prensa, para evitar que otras parejas siguiesen su ejemplo en el resto de partidos del Mundial. Ekeland, de 28 años, y De Souza (29) se dieron el `sí quiero' en el césped, ante 60.000 espectador­es. Él, vestido de frac y ella, con un vestido blanco y un ramo de flores en la mano.

La fiesta fue completa, porque Brasil ya estaba clasificad­a de antemano y Noruega ganó el partido (1-2). Ambos avanzaron a octavos de final.

VIAJE EXPRÉS DESDE NORUEGA Ekeland y De Souza se habían conocido ocho años antes en la playa de Ipanema y vivían en Stavanger (Noruega).

El sacerdote encargado de oficiar la ceremonia en Marsella voló expresamen­te desde Noruega, junto a 30 amigos y familiares de Ekeland.

Al noruego, la boda le salió cara, pero siempre pudo presumir de haber tenido un enlace matrimonia­l único: no hay constancia de algo así en otras ediciones del Mundial.

Y es casi imposible que vuelva a haberla, dadas las estrictas medidas de seguridad que rodean cada partido de un Mundial: en Qatar, por ejemplo, todos los espectador­es pasan un control de seguridad similar al de los aeropuerto para acceder a los estadios. Cuesta imaginar a la FIFA concediend­o un permiso similar en el fútbol actual.

De manera inesperada, la FIFA les concedió el permiso para casarse en el césped

El sacerdote encargado de oficiar la ceremonia viajó expresamen­te desde Noruega

DE LUNA DE MIEL, LA FINAL Su viaje de novios también tuvo un destino futbolero: París, 12 de julio, para ver la final de aquel Mundial, que Brasil perdería ante Francia. en el Stade de France. Una lástima para De Souza, que hubiera celebrado un verano irrepetibl­e en caso de que su país hubiera ganado el Mundial.

 ?? ??
 ?? GETTY IMAGES ?? El noruego Ekeland y la brasileña De Souza contrajero­n matrimonio minutos antes del partido que enfrentó a sus seleccione­s en Francia 98
//
GETTY IMAGES El noruego Ekeland y la brasileña De Souza contrajero­n matrimonio minutos antes del partido que enfrentó a sus seleccione­s en Francia 98 //
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain