INSTITUCIONAL
Laporta celebra el segundo aniversario de su victoria en las urnas envuelto en un escándalo del que pronto tiene previsto dar explicaciones: el `caso Negreira'. El Barça pagó a
Enríquez Negreira cuando éste era vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros hasta siete millones de euros. Los pagos podrían haberse iniciado durante el mandato de Josep Lluís Núñez y se alargaron en los de
Gaspart, Laporta, Rosell y Bartomeu, que rompió el vínculo en el 2018. El club asegura que se pagaba por informes arbitrales y también de jugadores de base. Ha abierto una investigación externa de la que Laporta debe informar mientras desde Madrid se hacen especulaciones de todo tipo. También está marcado este segundo mandato de Laporta por el apoyo del club al proyecto de la Superliga en el que va de la mano del Real Madrid y la Juventus. Pronto debe pronunciarse al respecto el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La apuesta ha provocado una guerra abierta con LaLiga que preside
Javier Tebas. El cruce de declaraciones entre ambos presidentes es constante. Laporta ha declarado que Tebas “tiene una fobia en contra del Barça”, mientras Tebas ha dejado claro que “el Barça
no podrá fichar este verano”.
ESPAI BARÇA
De gran importancia es el proyecto del Espai Barça. En abril del 2022, el club recibió por parte del Ayuntamiento de Barcelona la licencia para iniciar las obras. La financiación, de 1.500 millones de euros, debe cerrarse durante este mes una vez las obras ya han empezado en el Spotify Camp Nou, donde ya falta una parte de la tercera gradería del Gol Sur. Las obras, con polémica, han sido adjudicadas a la empresa turca Limak, que se impuso a las grandes constructoras españolas en el concurso realizado. Está previsto que empiecen a final de temporada, mientras el Barça decide cómo se produce el traslado a Montjuïc.
Del Forensic no hay noticias. La junta llevó toda la documentación a la Fiscalía de la Audiencia de Barcelona por si veía algún indicio de delito.
Mientras se sigue trabajando en el Espai Barça, la actualidad está determinada por el ‘caso Negreira’