El Madrid de las mil caras
Llegan las fechas importantes donde se deciden los títulos, y como Barça y Madrid son vasos comunicantes, siempre estamos pendientes de lo que hace el eterno rival. Y más en una temporada donde ha habido muchos duelos directos que han decidido títulos. El Madrid como es de costumbre llega a este momento del año con un objetivo claro y concreto que no es otro que la Champions. El equipo blanco demuestra temporada tras temporada una fortaleza mental, física y futbolística que muchas veces le da para esta competición. Y que, en cambio, el Barça las últimas temporadas, y ya van muchas, no le ha dado para competir al más alto nivel en Europa. El Madrid se mide al Chelsea y vuelve a ser el gran favorito de la eliminatoria como ya ocurrió ante el Liverpool. Un año más, por mucho que aquí se esté hablando de la importancia de LaLiga y del paso adelante que supondría, siempre de reojo miramos lo que hacen los vecinos. Y en este caso de nuevo otra sombra negra aparece en el horizonte con la capacidad que tiene el Madrid de reinventarse y volver a levantar una vez más la Copa de Europa. Y esto es significativo en una temporada donde hemos visto a un Madrid con distintas caras.
El primer título que se decidió fue la Supercopa y la verdad que allí el Barça fue claramente superior. Vimos un equipo muy sólido futbolísticamente hablando y que pasó por encima del eterno rival en el primer título de la era Xavi. Ahí vimos la mala cara del Madrid como también hemos visto en LaLiga.
Sin duda, el título también se va a decidir por las ayudas de un Madrid que no ha estado a la altura y que no está sabiendo competir como ocurrió ante el Villarreal y que han dejado el título en bandeja al Barça. En cambio, tanto en la Champions como en la Copa, estamos viendo un Madrid muy fuerte. Un equipo muy sólido en los momentos donde hay que saber competir. En líneas generales es un Madrid imprevisible para lo bueno y lo malo.
Hay que partir de la base que tiene un gran portero; una defensa muy experimentada, pero que este año no se ha mostrado tan sólido; un centro del campo que ha sumado músculo con Camavinga y
Tchouaméni pero donde siempre dependen del termómetro de Kroos y
Modric; y una delantera que, aparte de los destellos de Rodrygo y Benzema, depende en gran medida del talento de
Vinicius. Un jugador polémico y provocativo, pero que cuando se pone a encarar y decidir partidos en personalidad nadie le gana. Argumentos para volver a ser un candidato serio para ganar la Champions y minimizaría un poquito los daños causados por el Barça.
Para lo bueno y para lo malo, los blancos son un equipo imprevisible