El MVP del tridente que voló a Estados Unidos
Junto a Gavi y Aleix Garrido, formó el centro del campo de la mejor generación de La Masia en mucho tiempo, la de 2004. Ahora, después de estar diez años en el Barça, celebra cada éxito de sus amigos desde el otro lado del charco
Formó, junto a un tal Pablo Páez `Gavi' y otro tal Aleix Garrido, el tridente en la medular de la mejor generación de La Masia en muchos años.
Adrià Capdevila (Vic, 12 de enero del 2004) era el `Busquets' para los dos interiores que triunfan en el FC Barcelona, cada uno a su manera. El primero, indiscutible en los esquemas de Xavi Hernández. Y el segundo, capitán del Juvenil A y el último en debutar bajo las órdenes del técnico egarense. A pesar de su baja estatura -a diferencia de los 189 centímetros que mide `Busi'- Capdevila era también cerebro, director de orquesta y líder de todos los equipos por los que pasó durante sus diez años en el fútbol base azulgrana y hacía mejores a los que lo rodeaban. Un pequeño detalle: a él sí se le reconocía el importante papel que desempeñaba con títulos individuales, como el `MVP' que recibió tras ganar la Liga Promises Internacional con el Infantil B en diciembre de 2016.
Sin embargo, el pasado verano tomó la difícil decisión de cambiar Barcelona por Estados Unidos para empezar una nueva aventura que combina el fútbol con los estudios. “El club tiene sus apuestas y en este caso yo ya no entraba en ellas”, nos explica Capdevila por teléfono después de un entrenamiento en Oregon y una reunión con su tutora. “Salí cedido a la Damm [el curso pasado] y fue un año muy bonito, hicimos un buen papel en la Liga y en la Copa del Rey, hasta logramos eliminar al Barça”. Y añade: “Siempre hay un momento en el que todo acaba y, después de diez años, decidí continuar mi camino en Estados Unidos, aunque estaré eternamente agradecido al club por todo lo vivido y a todo el personal con el que he tratado durante estos años”.
“Vi el debut de Aleix Garrido con el móvil en un supermercado; se merece lo mejor más que nadie”
“Me emociona mucho ver a Gavi cómo juega porque sigue siendo el mismo que en el Infantil”
SEGUIDOR DE SUS AMIGOS Desde el otro lado del charco, y a pesar de la distancia, sigue de cerca los éxitos que viven sus amigos Garrido y
Gavi. “Formábamos un centro del campo muy chulo, ganamos muchos títulos, como la Liga Promises, y nos lo pasamos muy bien, siempre nos hemos llevado fenomenal. Ya se veía entonces que ambos tenían un gran futuro por delante”. Con el catalán mantiene una estrecha relación desde que ambos llegaron al Barça en 2012 en la categoría Benjamín, Aleix en el `C' y
Adrià en el `D', aunque a partir del año siguiente ya fueron inseparables hasta el Juvenil B. “Vivimos cerca, él en Ripoll y yo en Vic, además conozco muy bien a su familia. Compartimos taxis durante nueve años y luego habitación en la Masia”.
Nos cuenta que el debut de Garrido con el primer equipo -el pasado 1 de abril en Elche- “me pilló en el supermercado; me pasaron un enlace para ver el partido y lo pude ver desde allí con mi teléfono móvil”. Se sintió “muy feliz y orgulloso” de su amigo: “Se lo merece más que nadie, porque ha trabajado mucho para llegar a esto. Vi luego las de
claraciones que hizo después del partido y le hice alguna broma cuando hablé después con él, pero es normal que se emocionase de esta manera, lleva toda una vida en el Barça y siente los colores y el escudo como pocos”. “También vi que Xavi le había pedido que no perdiese ningún balón... No lo ha hecho en once años y no lo iba a hacer en un partido”, añade entre risas.
ADMIRACIÓN Con Gavi sigue hablando, “aunque no tanto, él tiene ya otra vida y es normal”. Pero es profundo admirador suyo: “Es muy joven, pero es como si tuviese 25 años y hace cosas de jugadores de 30. Es inteligente, tiene mucho talento y la intensidad que le pone a todo le ha hecho convertirse en indiscutible en uno de los mejores equipos del mundo”. Valora mucho su carácter, “porque en el Barça no hay tantos jugadores así. Tiene ese `nosequé' tan divertido de los sevillanos, era igual en el Infantil y tiene mérito que no haya cambiado”. Y entiende Capdevila, en cierto modo, la 'campaña' que hay contra él por parte de algunos entornos de otros clubes: “Es lo que pasa siempre; cuando un jugador lo hace tan bien, los equipos rivales siempre irán a buscar eso que ellos consideran negativo. No le daría importancia, porque si fuese jugador suyo no dirían nada de lo que dicen de él ahora”.
Confiesa, para terminar, que se emociona viendo a Gavi en el campo, porque sigue siendo el mismo 'niño' con el que compartió vestuario tantos años. “Le animo a que siga siendo así, porque es lo que le ha llevado a estar donde está ahora”. Y él estará ahí siempre, aunque desde la distancia, para celebrar cada uno de sus éxitos.