El Milan recupera el prestigio
En la eliminatoria ante el Nápoles demostró ser la definición de equipo: sabe sufrir atrás, tiene claro qué hacer cuando recupera y arriba tiene a Leao
En 2007, Steve Jobs estaba presentando el Iphone en el Macworld Keynote, en Portugal desaparecía Madeleine McCann y el mundo decretaba una crisis financiera que duraría una década. Ha llovido desde entonces. También en Milán, donde en ese mismo año la afición `rossonera' aún se sentía poderosa en Europa. En 2007, el Milan celebraba la conquista de otra Champions bajo el liderazgo de Nesta y Maldini, la clase de Pirlo y Kaká y la facilidad de ver portería de Pippo Inzaghi. Pero en los años venideros, después de tanta lluvia, el Milan se convirtió en un desierto en Europa, quedando para siempre grabado aquel 2007. Para bien y para mal. Porque el Milan ganó su séptima Champions, pero lo que no sabía es que tras ese éxito llegaría la nada. Temporadas sin Europa por incumplir el `Fair Play Financiero' o incluso por no estar a la altura en Serie A, otras cayendo en la Europa League a las primeras de cambio... El Milan fue perdiendo prestigio, pero eso parece que se acabó. 16 años después, el conjunto `rossonero' vuelve a plantarse en unas semis de Champions. Ante el Nápoles, el Milan no partía como favorito, pero fue el equipo que más cosas hizo bien y que más mereció el pase, ante un cuadro partenopeo que se estrelló una vez tras otra ante un muro, el que ha construido el equipo de Pioli. En sus últimos seis partidos europeos, el conjunto `rossonero' tan solo ha recibido un gol, el de Osimhen que sirvió para bien poco. El Nápoles fue el que atacó y atacó, pero no intimidó a un Milan que sabía lo que se hacía. Aguantó todas las embestidas y picó donde más dolía. Los `rossoneri' demostraron, por encima de todo, que son un equipo. En mayúsculas. Pioli planteó un escenario en el que sus `jugones' debían bajar al barro y ninguno de ellos puso mala cara.
Giroud bajó hasta la frontal del área, Brahim hizo más trabajo defensivo que ofensivo y Leao jugó su propia eliminatoria. Se vació atrás y arriba demostró ser un jugadorazo cuando está conectado.
Con dos carreras, aprovechando dos desajustes en la presión tras pérdida del Nápoles, `mató' tanto la ida como la vuelta. Descomunal el luso en las transiciones, el arma que más y mejor usó el Milan para plantarse en estas semis. Atacó mal y sin desequilibrio el Nápoles, y el conjunto `rossonero' lo hizo pagar cuando pudo salir a la contra. La potencia diferencial de Leao, Giroud bajando `melones', la magia de Brahim, la presencia de Maignan y el trabajo defensivo de todo el equipo son las armas del Milan, que amenaza con plantarse en la gran final.
Los ‘rossoneri’ no estaban en semis de Champions desde 2007, cuando lograron su séptimo título
Tras temporadas sin este torneo o ‘bajando’ a Europa League, el Milan parece que vuelve a ser el que fue