¿Por qué cada vez valen más los clubes?
El fútbol es una industria. Un negocio, aunque algunos lo usen de forma despectiva para señalar todos los males de un deporte que mueve más de 30.000 millones de euros anuales. Y ahí resulta muy difícil mantener estructuras de propiedad ya no sólo tradicionales, como la de FC Barcelona o Real Madrid, sino también aquellas vinculadas a familias o empresarios locales. A falta de regulación armonizada en Europa, la ausencia de una limitación a la inversión ha alentado la llegada de grandes fortunas con recursos ilimitados.
La gran beneficiada ha sido la Premier League, ahora inmersa en una enmienda a buena parte de sus mantras de gestión antes de verse forzado a hacerlo por orden del Gobierno.
Con pocas exigencias, más allá de que siempre haya caja para cubrir las pérdidas, es ahí donde los inversores exóticos de antaño quisieron apostar y es ahora donde inversores norteamericanos quieren jugar. ¿Por qué? Porque es el mayor mercado de consumo futbolístico en Europa, tiene un producto audiovisual ampliamente internacionalizado y un paracaídas al descenso que protege en cierta manera el sobresalto de bajar un año a Segunda.
Y sí, es un país en el que Primera y Segunda acumula unas pérdidas de más de 3.280 millones de libras desde 2019-2020, pero es que la lógica del fútbol no pasa por ganar dinero cada año para repartirse dividendos, sino en comprar, revalorizar y vender. Aunque no siempre funcione. Ahí están Valencia CF, la dupla de Milán... La lógica es que, a su manera, el fútbol es un mercado cerrado del que los clubes no salen salvo hecatombe, algo aún más blindado en el modelo de franquicias de Estados Unidos. Eso implica que, si alguien quiere entrar en este negocio, no tiene otra que, o pasar por caja y comprar un equipo en la élite con una base de aficionados consolidada, o jugar a la ruleta rusa en la que se ha convertido comprar un equipo de Tercera para abajo.
Ahí tenemos el Manchester United, con la familia Glazer frotándose las manos ante lo que sucede en EE.UU. Allí los Washington Commanders de la NFL se han convertido en la venta más cara de la historia con 6.000 millones de dólares. Su idea era vender la totalidad de los red devils cuando se rumoreaba un precio superior a 4.500 millones, pero ahora ya ha trascendido que podrían hacer caja vendiendo sólo una parte.
¿Por qué? Con ese dinero, harían las inversiones necesarias en estadio y ciudad deportiva.
Y, con contratos de televisión firmados al menos hasta 2026, la apuesta segura es que el club valdrá aún más. Porque ya no será sólo fútbol, sino una verdadera empresa de entretenimiento.
El fútbol es un mercado cerrado del que los clubes no salen salvo hecatombe