El muro rojillo no resistió más en un final de infarto
Con el clásico 1-0 llegó el triunfo celebrado como el título. Fue un resultado corto para un Barça que hizo méritos para plasmar antes su superioridad
El Barça ya toca con la punta de los dedos la Liga. El Spotify Camp Nou, en realidad, ya la celebró con el delirio que provocó el gol de Jordi Alba a falta de cinco minutos. Un tanto más que merecido con un equipo volcado y asediando a un Osasuna que resistía con diez jugadores. Osasuna, como era de esperar, salió con un equipo plegado de jóvenes y suplentes, mientras que Xavi
situó a su mejor once, con los cuatro centrocampistas dejando a Raphinha y Lewandowski arriba. Los rojillos cerraron líneas y resultaron muy incómodos desde el inicio. Al Barça le costaba y solo encontraba salida por el costado de Balde.
El carrilero generó precisamente la primera ocasión clara, a los 24 minutos, con una llegada a la línea de fondo y un toque de Pedri que se fue desviado.
El tinerfeño se descolgaba en ataque y en una de sus rupturas provocó una acción clave. El pipiolo Herrando lo derribó en zona de tres cuartos cuando era el último hombre y vio la roja directa. Osasuna apenas protestó por una expulsión clara, aunque parecía difícil que Pedri pudiera hacer mucho daño con ese balón.
CON UNO MÁS Raphinha lanzó el libre directo y lo envió justo por encima del larguero. El brasileño insistía, como siempre, aunque encontrando pocas soluciones. Eso sí, estuvo cerca de forzar la segunda roja para los navarros cuando se avanzó al meta Aitor Fernández fuera del área, pero el colegiado interpretó que era un encontronazo y no pitó ni falta.
El FC Barcelona movía el balón de lado a lado, con un De Jong especialmente activo, si bien los agujeros eran mínimos. Ansu Fati entró por un renqueante Gavi para ganar en peligro en los últimos metros ante la acumulación de rivales dentro de su propio terreno. Un cabezazo de Araujo fue la última ocasión del Barça antes del descanso, mientras que Osasuna se atrevió con una contra que Torró
culminó con un tiro ajustado. El Barça salió mucho más lanzado en el segundo tiempo. Nada más empezar, Ansu Fati vio cómo Aitor Fernández le rechazaba un mano a mano y el meta osasunista también evitaba el gol en un remate a bocajarro de De Jong.
El asedio era total y se acentuó con la entrada de Dembélé. El público protestó unas posibles manos de Pablo Ibáñez en el área, mientras que Ansu volvió a topar con Aitor Fernández en un lanzamiento desde la frontal. Dembélé, por su parte, disparó muy mal con todo a favor en el segundo palo. El cuadro barcelonista pisaba el acelerador y Osasuna, sin nada que perder, también lo intentaba y obligó a Ter Stegen a intervenir ante un remate de Iker Muñoz y el disparo posterior de Kike Barja se fue alto.
ALBA DESATASCA El partido enloqueció y entró en juego Robert Lewandowski para probar al entonado Aitor Fernández. La pelota no quería entrar ni de rebote. El polaco provocó un mal despeje de Aitor, que dio en Ferran y se fue lamiendo el poste. Torres y Alba fueron las últimas balas que se jugó Xavi. Lewandowski marcó tras una serie de rechaces, pero una posición ligeramente avanzada de Ferran en el inicio hizo que el gol fuera anulado por fuera de juego.
Era imposible que no llegara el gol. Y, por fin, fue realidad. En una jugada de billar. Lewandowski centró a De Jong, éste tocó hacia Jordi Alba y el de L'Hospitalet marcó por el palo corto. Gol y delirio en el Estadi.
La Liga quedó liquidada con sufrimiento y con el sello del 1-0 habitual de esta temporada. Con la eficacia justa y un Ter Stegen que volvió a dejar su portería a cero.
Osasuna se quedó pronto con diez por una roja clara forzada por Pedri, pero resistió con gran esfuerzo
La segunda mitad fue un aluvión de ocasiones y un fuera de juego muy justo invalidó el tanto de Lewy