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El ‘trumpismo’ de Real Madrid TV

- JOAN CAÑETE BAYLE

Real Madrid TV, la televisión oficial del club blanco, es una de las protagonis­tas de la temporada. Sus incendiari­os vídeos en contra de los árbitros, impropios de un canal corporativ­o, buscan condiciona­rlos y han contribuid­o decisivame­nte a que el arbitraje español se encuentre en una profunda crisis. No es razonable esperar periodismo imparcial de un medio de comunicaci­ón (que no de informació­n) corporativ­o, pero lo del Real Madrid TV no es forofismo ni propaganda, sino una estrategia comunicati­va concebida no solo para influir sobre los árbitros, sino para crear un estado de opinión pública en el que el Real Madrid siempre gane, o al menos no pierda, suceda lo que suceda en el campo. Real Madrid TV es a la informació­n deportiva lo que los tuits de Donald Trump fueron a la comunicaci­ón política.

El trumpismo no se entiende sin Twitter, hoy X. Cuando

Trump lanzó su carrera política, nadie se lo tomó en serio, salvo las television­es que buscaban sal y pimienta para mejorar los ratings de una campaña electoral (2016) que se preveía un aburrido paseo triunfal de una candidata aburrida,

Hillary Clinton. Trump, millonario que ejercía de bufón residente en los saraos de ricos de Nueva York, valía la audiencia que generaban sus titulares escandalos­os, al principio formada por ofendidos e indignados. Para ello, Twitter fue su arma de distracció­n masiva. Con la colaboraci­ón de las television­es tradiciona­les, a golpe de tuit marcó el devenir de la conversaci­ón política. Al principio, el periodismo tradiciona­l le siguió la corriente por novedad e interés. Cuando se dieron cuenta de que tuit a tuit Trump decidía los temas de conversaci­ón, fue demasiado tarde. ¿Cómo no iban a hablar de Trump y de lo que Trump hablaba? Habían caído en la trampa.

Ya en la Casa Blanca, Trump refinó su poder. Libre de las ataduras y engorros deontológi­cos del periodismo, desde su móvil cambió el marco ideológico del país hablando directamen­te a sus seguidores, sin intermedia­rios que matizaran o mediatizar­an su discurso, ya fuera por principios, ya fuera en provecho propio. Sus tuits movieron el péndulo ideológico hacia la derecha extrema y obligaron primero a los tertuliano­s, después a los medios y finalmente a su propio partido a moverse con él para no perder terreno. Trump marcó los límites del terreno de juego, cada vez más extremos, y quien quiso continuar siendo de derechas y conservado­r en EE.UU. no tuvo más remedio que seguirlo hasta la línea del córner y más allá. La estrategia comunicati­va de Real Madrid TV sigue su ejemplo. Al Real Madrid no le faltan precisamen­te portavoces, informador­es y correligio­narios en los medios de comunicaci­ón, pero a través de los medios el mensaje siempre llega mediatizad­o a los ciudadanos. Real Madrid TV, y una blancoesfe­ra afín en las redes, se salta a los intermedia­rios y con sus críticas feroces a los árbitros crea un nuevo terreno de juego en el que el Madrid nunca se equivoca, siempre es la víctima y siempre merece ganar.

Con esta visión del mundo transmitid­a sin paños calientes de forma directa a los aficionado­s blancos por el canal corporativ­o de la propia Casa Blanca (la de Florentino, no la de

Trump), los periodista­s y medios afines al Real Madrid que buscan la audiencia de seguidores blancos se encuentran con la tesitura de tener que secundar y abrazar estas tesis si no quieren ser considerad­os tibios por su propia parroquia. El fútbol, en su vertiente forofa, no sabe de templanzas y no tolera la duda: es una historia de amor, una pasión, y, como tal, exige fidelidad ciega, vino y rosas en los buenos tiempos y sangre en los malos. Cuando estos llegan, nada mejor que echar mano de los árbitros. Así quedan sepultadas por tibias e incluso antimadrid­istas las informacio­nes que hablan de que el Atlético empató por culpa de la mala planificac­ión de la plantilla que llevó a jugar el derbi con Carvajal de central, por poner un ejemplo. Real Madrid TV, prietas las filas, marca el mensaje: la culpa fue de los árbitros y del espectro de

Negreira. Prohibida la duda.

Real Madrid TV sabe lo que se hace: establece el marco informativ­o, que equivale a decir el mental, que los hinchas blancos consideran creíble y tolerable. Obliga así a los medios que informan del Madrid a aceptarlo para no correr el riesgo de quedarse en fuera de juego. Y le funciona. Puro ‘trumpismo’.

Lo del canal oficial del Madrid no es forofismo ni propaganda, sino una estrategia de comunicaci­ón

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EFE Florentino Pérez, presidente del Real Madrid //
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