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50 AÑOS DEL 0-5 EN EL BERNABÉU

El paso del tiempo no ha borrado la huella que dejó el Barça 1973-74 en el coliseo blanco. Una máquina de jugar al fútbol arrolló al Real Madrid para poner rumbo a una Liga que se resistía desde 1960 y dar una alegría inmarcesib­le a su afición

- DAVID SALINAS

Hoy se cumplen 50 años de la inolvidabl­e victoria del FC Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu por 0-5. El aplastante triunfo sobre el Real Madrid es una de las páginas más brillantes de las centenaria­s memorias de la entidad azulgrana. Un triunfo que, como se apuntó por aquel entonces, representó mucho más que eso. Para la afición barcelonis­ta y la mayor parte de la sociedad catalana fue un portazo, superar una pantalla... Una victoria que también se leyó en clave política para certificar que el decante régimen franquista, además de agonizar, tenía fecha de caducidad. Con el 0-5, por otra parte, la Liga empezó a saborearse con sensacione­s y aromas casi olvidados después de 14 largos años de infortunio­s, fracasos y reveses. Ha pasado medio siglo y aquella ‘manita’ sigue brillando con luz propia. Fue una liberación, un nuevo punto de partida.

EL ENCUENTRO Se jugó el domingo 17 de febrero de 1973 y se enmarcó en la 22ª jornada de la Liga 197374. Empezó a las 20.00 horas y fue televisado por TVE. Todo el mundo vio la lección de fútbol ofrecida por el equipo de Marinus Michels. El conjunto blanco inició la contienda con mucha intensidad. Sabían los pupilos de Luis Molowny que el Barça sumaba 14 partidos sin conocer el KO (11 victorias y 3 empates) desde el debut de Johan Cruyff —el 28 de octubre de 1973, contra el Granada (4-0) en el Camp Nou— y empezaron mostrando carácter y personalid­ad ante la meta de Pere Valentí Mora, que debutó como azulgrana por lesión del titular, Salvador Sadurní.

Tras un mejor inicio del Madrid, las fuerzas se equilibrar­on con rapidez y el Barça pasó a tomar el mando del partido. Con un fútbol rápido y moderno, al espacio —el rotativo ‘Marca’ aseguró que los blaugranas exhibieron “un fútbol del año 2000 ante el de 1940 que a lo sumo balbuceaba el Madrid”—, el equipo catalán golpeó primero por mediación de Asensi (0-1). Corría el minuto 31.

Poco después, con un Johan Cruyff pletórico como director de orquesta, llegó el 0-2. Un golazo. El Flaco dominó un balón dentro del área y, tras sortear a dos defensas, batió al meta García Remón con un sutil toque de balón. El primer tiempo hubiera podido finalizar con otra diana, obra de Marcial, pero su gol fue anulado por el árbitro, Orrantía, por fuera de juego.

El segundo tiempo, lejos de hacer reaccionar al Real Madrid, lo acabó de hundir. Asensi firmó el 0-3 en el minuto 52 de disparo cruzado desde dentro del área y, en el 65, Juan Carlos, tras una rápida transición iniciada por Cruyff, culminó la contra con un exquisito disparo alto ante el que nada pudo hacer el

EL 17 DE FEBRERO DE 1974 EL BARÇA ARROLLÓ AL REAL MADRID EN SU CAMPO. FUE ALGO MÁS QUE UNA GOLEADA

portero madridista (0-4). La guinda la puso el peruano Hugo Sotil, al rematar de cabeza una falta lanzada por Cruyff. Por cierto, la falta, de Macanás a Marcial en el lateral del área, fue de juzgado de guardia... El triunfo se celebró en el vestuario por todo lo alto. Todo el mundo supo en ese momento que el partido, por el resultado, el juego y el momento, pasaría a la historia. También por la lectura que hizo la afición, que se sintió más orgullosa que nunca de su identidad catalana. Hubo tal euforia que el recibimien­to del equipo fue apoteósico, incluso el grupo musical ‘La Trinca’ compuso una canción para que la hazaña tuviera banda sonora. Y, además, con un título de lo más desafiante: ‘Botifarra de pagès’. El presidente Agustí Montal, en sus memorias, recordaba que, tras abandonar el palco los seguidores del Barça que se encontraba­n por allí “me llevaron en volandas hasta el vestuario”. Y que “fue una fiesta total y absoluta, una fiesta blaugrana en Madrid, uno de los días más felices”.

ORGULLO DE CATALUNYA La prensa nacional e internacio­nal se hizo eco de la victoria del Barça y sus consecuenc­ias. Así, en el ‘The New York Times’, días después, se leyeron, bajo el titular ‘El fútbol estimula el orgullo de Catalunya’, los siguientes párrafos: “Un holandés de 26 años con uno de los pares de piernas más rápidas del fútbol europeo está haciendo más por el orgullo local y el sentimient­o regionalis­ta de lo que cualquier líder político podría esperar”, para añadir que “este atleta delgado y de aspecto casi frágil es el héroe de la ciudad y de la región. Gracias a él, el Barcelona lidera la liga española de fútbol por un cómodo margen”. Y fue más allá: “Ningún acontecimi­ento reciente en España ha tenido el impacto que produjo la victoria del Barcelona sobre el Madrid, con la posible excepción del asesinato en diciembre pasado del primer ministro Luis Carrero Blanco. La historia de Catalunya, una región con una tradición lingüístic­a, cultural e industrial, es la de una lucha contra el poder central en Madrid”.

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El once que dejó KO al Real Madrid el 17 de febrero de 1974: Mora, Rifé, Torres, De la Cruz, Costas y Juan Carlos (de pie); Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Marcial (agachados). La euforia se desató en el vestuario blaugrana tras la victoria incontesta­ble en el Santiago Bernabéu
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