Una patada en el culo... y victoria
Una patada en el culo a Lamine Yamal acabó siendo la tabla de salvación para el Barcelona en Balaídos. El gesto de Fran Beltrán despejando un balón, dándole al trasero del jugador azulgrana fue sancionado con penalti y sirvió para que el Barcelona se llevara la victoria en el partido contra el Celta. Fue con incertidumbre, pues el primer penalti lo detuvo Vicente Guaita. El segundo no pudo atajarlo y el Barça se llevó una victoria que le mantiene vivo en la competición. Vivo, pero en la UVI porque el juego del equipo es muy pobre, sin chispa, ni brío, ni energía. Hoy, al Barça, le pinchas y sale poca sangre. La justa para mantenerse en los puestos Champions.
Se salvaron los dos goles de Lewandowski, que ha recuperado el olfato perdido en 2023, y Lamine Yamal, el único capaz de afrontar un desborde con ciertas garantías de éxito. Poco más. Hoy en día, ver al Barcelona es un sopor. Una defensa que encaja goles con suma facilidad, un centro del campo plano y una delantera que no dispone ni crea ocasiones. El equipo juega andando. Como si estuviera anestesiado. Como el club, con un entrenador que ya ha anunciado su marcha. El partido sirve para aparcar la Liga y centrarse en la Liga de Campeones, la tabla de salvación de este grupo. Es una tabla de salvación relativa, pues existe un sentimiento generalizado que este equipo es incapaz de hacer lo que hizo el Madrid la temporada 97-98, en la que se arrastró en la Liga, pero acabó ganando la ‘Séptima’. Veremos. En todo caso, Lewandowski levantó un poco la moral azulgrana para el trascendental duelo del miércoles.
Las expectativas blaugrana en la competición son bajas, a tenor del nivel del juego del equipo, y al Barça le salva que el Nápoles vive una campaña peor, tremenda, rozando el ridículo continuado, ubicado en la parte baja de la clasificación de la Serie A y con menos fe que el Barcelona en sacar algo positivo para estos octavos de final. Es la gran esperanza del Barça: ver que su rival está tocado.