El camino entre el Barça y Haaland es la buena gestión

Hace pocos días difundimos una carta dirigida a las socias y socios del Barça en la que compartimos nuestra preocupación por la evolución del Club a nivel institucional, económico, social y deportivo. Vivimos un momento crucial como institución. Pero, a pesar de todo, sigo mirando al futuro con máxima ilusión y esperanza.

Las decisiones que la junta directiva de Joan Laporta ha tomado (y las que no ha tomado) han agravado la situación de emergencia que se heredó en marzo del 2021. El mejor ejemplo de ello es que, superada la mitad del mandato, seguimos gastando mucho más de lo que ingresamos año tras año (desde que gobierna esta Junta

Directiva ya se han acumulado más de 1.000

M€ de pérdidas operativas).

Esta delicada situación hace imposible competir por los mejores jugadores del mundo o incluso dificulta la inscripción de los que ya tenemos. La constante pérdida de profesionales con talento contrastado en todas las áreas, la falta de transparencia y la constante improvisación han lastrado una institución que se sigue gestionando sin tratar a los socios como los propietarios reales del Club que somos.

Tres años después de las últimas elecciones, nos reafirmamos en la necesidad urgente de pasar página al régimen del 2003 y dejar de gobernar como se hacía en el pasado. Es urgente implementar una transformación radical del modelo de gestión del Club, huyendo tanto de los debates atrincherados como de la falsa solución que supondría la conversión en SAD.

El potencial del Barça continúa siendo enorme, y lo es si apostamos y fortalecemos el modelo de propiedad que nos hace únicos. Es el momento de abandonar discursos alejados de la realidad y triunfalistas, alianzas que nos debilitan, palancas que nos impulsan a corto plazo, pero que no resuelven los problemas estructurales que tenemos, o ideas improvisadas con socios de emergencia, de dudosa reputación, que nos alejan de ser competitivos en el mundo actual.

A las puertas de nuestro 125 aniversario, un año que recordaremos generaciones de culés con el mismo o más cariño que aquellos que vivimos el centenario de 1999, es imprescindible cambiar el actual modelo de gestión, profesionalizarlo y modernizarlo para poder atraer y retener a los mejores, en el campo y en los despachos. Y toca hacerlo en un entorno de transparencia, con mecanismos de control reales y efectivos, que nos permitan mantener el Club en manos de los socios y hacer posibles todos nuestros sueños.

El Barça del futuro nos necesita a todos.

Nos reafirmamos en la necesidad de pasar página al régimen del año 2003

Es el momento de abandonar discursos alejados de la realidad