Vingegaard se exhibe en la Tirreno-Adriático
El doble vencedor del Tour ataca en la primera montaña en Italia, gana la quinta etapa y se coloca líder de la prueba seguido por Ayuso
Un buen actor necesita de un guion interesante para realizar un papel exitoso. Aunque la película sea mala siempre resaltará su interpretación, pero no puede trabajar bajo mínimos porque lo más recomendable, en su caso, es rechazar la oferta y esperar nuevas oportunidades. Es lo que ha ocurrido este viernes en la Tirreno-Adriático. Sin montañas, sin repechos, sin terreno para destacar, Jonas Vingegaard no puede hacer otra cosa que sumergirse en las entrañas del pelotón, llegar a meta, luego al hotel, un masaje para recuperar los músculos, la cena, a dormir y pensar que mañana será un gran día. A la quinta etapa de la TirrenoAdriático llegó la montaña y Vingegaard atacó a 30 kilómetros de meta donde se presentó en solitario para anotarse la victoria y, evidentemente, vestirse con el jersey azul que difícilmente soltará (si este sábado no vuelve a ganar) hasta el domingo cuando se acaba la pequeña ronda italiana. Cuando ataca Vingegaard parece que sea tan fácil, casi sin dar la sensación de inmutarse, sin soltar un demarraje exagerado, simplemente coloca un ritmo que nadie puede seguir para subir un puerto por encima de los 24 kilómetros por hora, para coronarlo y tras un descenso más bien complicado volver a esperar que la carretera se empine de nuevo para lograr el triunfo en un pueblo italiano llamado Valle Castellana y que está enclavado en los Abruzos. Al menos, porque seguirlo es imposible, Juan Ayuso se aupó con la segunda plaza de la etapa, misma posición en la general, al ganar el esprint de los perseguidores, a 1.12 minutos de Vingegaard.
ROGLIC LO INTENTA En la ParísNiza, con mucho más frío que en Italia, Primoz Roglic buscó una ofensiva sin éxito ante un atento Remco Evenepoel y al final la etapa se resolvió con fuga y victoria de otro danés, Mattias Skjelmose, campeón de ruta del país escandinavo, de 23 años.