Las claves del salto a nivel físico del equipo blaugrana
En SPORT charlamos con el preparador físico Josep María Tejedo y con el fisioterapeuta Lluís Puig para intentar explicar el subidón del equipo que dirige Xavi Hernández este mes de marzo
Es una evidencia. Sensaciones y números, en este caso, van de la mano. El Barça ha dado un salto claro a nivel físico las últimas semanas. Nápoles, Atlético. El equipo ha sido capaz de mantener una intensidad, un ritmo y una presión altas durante un tiempo prolongado de los partidos. Algo que, quizás, era un poco el debe del cuadro de Xavi a lo largo del curso.
En unos cuantos encuentros se echó en falta una regularidad a nivel de
EL EQUIPO HA SIDO CAPAZ DE MANTENER UNA INTENSIDAD, UN RITMO Y UNA PRESIÓN ALTAS DURANTE UN TIEMPO PROLONGADO
LA ORIENTACIÓN DE LOS ENTRENAMIENTOS CAMBIA SEGÚN SE TRATE DE SEMANAS LIMPIAS O CON DOS PARTIDOS
tensión competitiva y, sobre todo, de presión. A la plantilla culé, más allá de las bajas sensibles que se le han ido acumulando durante el curso, le ha faltado fuelle. Y esos bajones han costado muy caros. De ahí, en buena parte, viene ese colchón de ocho puntos en Liga favorable al Real Madrid.
LAS PALABRAS DE LEWY En cualquier caso, este marzo, pese a esa superpoblación de la enfermería, ha sido muy positivo y los síntomas de mejora a nivel físico, evidentes. Lewandowski abrió el melón tras el choque ante el ‘Atleti’: “Las últimas dos, tres, cuatro semanas, hemos cambiado un poquito el entreno, con más intensidad.
Físicamente, yo también me siento muy bien. Mis compañeros, lo mismo”.
Recogemos el guante y contactamos con Josep Maria Tejedo, preparador físico de Franc Artiga (exentrenador del Juvenil A del Barça) en el Rodina Moscow ruso. Para hablar sobre cómo cambia la orientación de los entrenamientos según sean semanas limpias o con dos partidos. Y si es lógico que eso se traduzca, como es el caso, en una mejora de la condición general del equipo. “La semana ideal, limpia, de un partido, tiene tres fases: una primera fase que es la recuperación o compensación, que sería la sesión del día después de haber jugado. Los que juegan menos hacen una sesión para intentar compensar las demandas de partido y los otros hacen una sesión de recuperación. El siguiente día a la semana sería fiesta para todos lo ideal. A partir de ahí, todos empiezan igualados a cuatro días para el siguiente encuentro. Los dos primeros entrenamientos son de sobrecarga, donde buscamos acercarnos a las demandas de competición, siempre con varios tipos de estímulos”, cuenta. “La siguiente sesión, la -3, es la que tiene más carga de la semana. Y buscamos que tenga estímulos específicos que nos encontramos en la competición: carreras de alta velocidad, un 11 contra 11 a campo completo, obviamente con más tareas. Es el día más fuerte de la semana, la -4 sería 6/10 y está 8 o 9 sobre 10. Las dos últimas sesiones hacemos lo que denominamos ‘tapering’, que es una bajada de carga, siempre intentando mantener la intensidad de las tareas pero bajando el volumen. La sesión -1 es carga muy baja, más de sensaciones para los jugadores”.
SEMANA DE DOS PARTIDOS “¿La diferencia con una semana en la que tienes dos partidos? Hay dos temas importantes. Está el tema de recuperar. Hasta las 72 horas los jugadores no están completamente recuperados e incluso hay futbolistas que tardan más. Cuando el jugador se encuentra peor es a las 48 horas, no al siguiente día. Hay que centrar el siguiente día del partido en recuperar. El problema es diseñar sesiones y tareas diferenciadas según los que tienen más carga con los que han jugado menos”, explica Tejedo.
“En las semanas con dos partidos no hay espacio para el microciclo corto. Tenemos que hacer una primera sesión de recuperación, una segunda que es mixta porque hay que preparar el siguiente partido. Y la tercera y última parecido. Cuando acaba el partido siempre hay futbolistas con molestias y no es fácil que estén disponibles al día siguiente”.