¡STOP COMER CON ANSIEDAD!
HAMBRE FÍSICA VS HAMBRE EMOCIONAL
Te enseñamos a diferenciar el hambre de las ganas de comer.
De nada sirve ponerte a dieta si antes no identificas los motivos que te impulsan a veces a perder el control sobre lo que comes. El hambre real, física, aparece poco a poco y se siente en el estómago. El hambre emocional, por el contrario, aparece de repente y es más bien la necesidad inmediata de llenarte de algo. Además, continúas comiendo mucho después de estar saciado físicamente y acabas sintiéndote culpable y avergonzado. Estos son algunos que los consejos que nos da Miriam Tara, cofundadora de KilosOut, para controlarla: Respira profundamente antes de empezar a comer. Ese instante te permitirá pensar qué quieres realmente saciar y reflexionar sobre si realmente tienes hambre, necesitas un segundo plato o de verdad te apetece lo que vas a comer. Mantente bien hidratado. A veces confundimos la sensación de sed con el vacío que provoca el hambre física. Muévete. Haz otra cosa o cambia de lugar, verás cómo al cambiar tu foco de atención, calmas las ganas de comer. Además, la sensación de haberlo afrontado sin comer reforzará tu autoestima. No te sientas culpable. El estrés y los remordimientos aumentan tus niveles de cortisol, lo que hará más fácil que el ciclo de antojos se inicie de nuevo. Asume tu responsabilidad. Puedes afrontar esta situación como una oportunidad para cambiar. Sé sincero contigo mismo y profundiza en querer ver “qué” te está provocando comer de forma emocional.