¿Cómo se lleva una bici con tanto peso encima?
Cuando le pones las alforjas a la bicicleta y las llenas, la conducción cambia bastante respecto a la de la bici sin peso. Las inercias aumentan mucho, la aceleración se resiente, pero la gran diferencia se nota cuando intentas ponerte en pie sobre los pedales, ya que el balanceo lateral resulta casi imposible. La bici es ahora más ancha y más torpe. Ten cuidado al maniobrar entre coches o en senderos técnicos con pasos estrechos porque las alforjas pueden tocar contra lo que tengas cerca. A la hora de frenar recuerda que tienes que reservar unos metros extra para detener la bici, no apures las distancias. Lo mismo te ocurrirá con las aceleraciones, no se te ocurra esprintar para adelantar si puede haber peligro. Cuando asciendas una pendiente fuerte de terreno con poca adherencia te va a sorprender lo poco que le va a costar a la rueda encontrar agarre. El peso extra presiona la goma contra el suelo y vas a subir con menos patinazos. Recuerda ponerle un poco más de presión a las cubiertas, especialmente a la trasera, para compensar el mayor peso. Si no, corres el riesgo de pellizcar la cámara y pincharla. Cuando te pongas en pie en los pedales (subidas fuertes, cambios de ritmo…) verás que es muy difícil balancear la bici lateralmente al pedalear, como lo haces con la bici sin peso, por eso es mejor que te muevas tú de lado a lado dejando la bici quieta. En zonas de baches ten cuidado, no vas a poder saltar como cuando vas sin peso. Recuerda que ahora ya no eres un “deportivo” sino más bien un “tanque”.