COMER FUERA

Y NO ENGORDAR 5 claves para conseguirlo

Con el buen tiempo aumenta la vida social y las “quedadas” para comer con la familia y los amigos. Si no quieres que aumente también el perímetro de tu cintura, apunta estos consejos: 1. No salgas de casa con el estómago vacío. Aunque parezca una contradicción, comer una pieza de fruta o una hortaliza antes de llegar al restaurante te va a ayudar a controlarte y elegir los platos menos calóricos. Cuando tienes mucha hambre, es más fácil perder el control.

2. No te bebas las calorías. Tienes sed y es verano, ¿por qué no una cervecita, un refresco o un calimocho? Ten cuidado o estarás engordando antes de empezar a comer. Mejor agua o un vasito de vino (no te pases, solo uno al día).

3. Evita los fritos, los rebozados y el pan. ¿Crees que te estamos destrozando el veranito? Eso es porque no has pensado en todo lo que sí puedes comer: carne y pescado a la plancha, jamón, encurtidos, gambas, berberechos, mejillones, etc.

4. Aprovecha las frutas y verduras de temporada. Pimientos, tomates, calabazas, judías verdes, sandía, melón, berenjena… están en su mejor momento. Aprovecha para pedir verduras a la plancha o en ensalada con un chorrito de aceite de oliva. Como postre, nada mejor que una fruta. Aunque si ya estás saciado con lo que has comido previamente, ¿por qué no la guardas para cuando tengas hambre entre horas?

5. Disfruta. El motivo principal de las reuniones veraniegas no es comer y comer. Has quedado para charlar, para que te dé el sol en la cara, para disfrutar de la brisa… regocíjate en todo eso mientras comes sin prisa, paladeando y dejando que la sensación de saciedad llegue antes de que comas más de lo que deberías.