El drama del bofetón
Un grupo de amigos, una barbacoa para celebrar un cumpleaños y una bofetada al hijo de uno de ellos por parte de alguien que no es su padre… Con estos ingredientes,
es ya una de mis series favoritas… ¡y eso que sólo se ha emitido el primer capítulo! Para empezar, el reparto es inmejorable. Uma Thurman está inmensa (y reconocible), pero no tanto como Zachary Quinto, cuyo personaje desencadena la tragedia al propinarle al niño endemoniado un tortazo que, estoy convencido, todos los espectadores agradecimos. Eso es otro punto a favor. En el episodio piloto, que sirve un poco de presentación de los personajes, la acción lleva un ritmo tan medido y trepidante que llega un momento en que, si alguien no le cruza la cara a ese niño, se la cruzas tú.
Paralelamente, vamos conociendo las miserias de los protagonistas que, a partir de esa celebración, intuyo que se precipitarán en una vorágine digna de Un dios salvaje. Porque estás son las series que respetan al espectador, que le ponen en un brete, le obligan a pensar y a posicionarse. Cada personaje tiene un punto de vista sobre lo sucedido y la audiencia acaba convirtiéndose en un personaje más al que la trama pone al límite tocando temas polémicos y espinosos. Y tú, ¿de qué lado estás?