Pedro García Aguado
Por horas, en la televisión cobro menos que un fontanero
La infanta Cristina me vio darme un beso con mi mujer y me dijo: “No comas pan delante del pobre”
Fui heavy, pijo, break dancer, mod… ¡Le robaba los abrigos a mi abuelo!
Me ofrecieron presentar ‘Adán y Eva’, pero me temo que no di la talla…
Cuando me retire, escribiré cosas de sentido común y alguna novelita
Lloré con Risto para que no me diera caña La inquisición en traje de noche. Así se dio a conocer en Salsa rosa esta periodista gallega, criada en el País Vasco y con rimbombante máster en Comunicación de Masas en la Universidad Carleton en Ottawa, Canadá. Antes había fundado con otra punta de lanza del corazón agresivo, Paloma García Pelayo, la agencia Korpa, especializada en el reporterismo de alcachofa. Durante un década, sus trabajadores se revolcaron en la casquería de los famosos para que ella la sirviera, sangrante y en bandeja de plata, en algunos de los más criticados programas de la historia de la televisión, como Atulado,DolceVitao DEC. Con la crisis de esos formatos accedió a exponer su propia intimidad en Sálvame, donde la recibieron con sed de venganza, y en ¡Mira quién salta! Hoy, con 48 años y la misma cara de villana de Disney pese a su paso por el quirófano, paga el peaje de Gran Hermano VIPpara seguir juzgando a esa gente que, como ella, cuenta miserias propias y ajenas por un puñado de euros.