Álex González: “En Los Ángeles no existe el fracaso”
Cuando terminó El Príncipe, Álex González se fue a Los Ángeles (EE.UU.) para emprender la aventura americana, aunque él dice “que está de paso”. Fue entonces cuando rodó entre Colombia y España el thriller romántico Órbita 9, de Hatem Khraiche, junto a Clara Lago y Belén Rueda. Ahora el madrileño vuelve a España para la serie Vivir sin permiso, de Telecinco, junto a Jose Coronado.
Otra historia de amor.
Sí, pero esta es especial por la forma en la que está contada, porque aquí la heroína es la mujer. Además, tiene un mensaje para concienciar a los espectadores sobre el cuidado de nuestro planeta.
Y recuerda a la futurista Passengers.
Puede ser. Elena [Clara Lago] forma parte de un experimento científico para salvar a la humanidad, y Álex, mi personaje, es un ingeniero que se enamora de ella. La prueba suena a ciencia ficción, pero a mí no me extrañaría que fuera real hoy día.
¿Qué tal con Clara Lago?
Es una de las razones por las que hice la película. Es una actriz magnífica y una compañera diez. Belén Rueda se unió más tarde, pero para mí ha sido cumplir un sueño.
¿Cómo es tu vida en Los Ángeles?
Me vine para ser aprendiz y para mejorar la pronunciación del inglés, que me trae quebraderos de cabeza. No puedo decir que esté viviendo aquí porque viajé a Madrid hasta doce veces el año pasado.
Para Paramount hiciste un piloto de Citizen. ¿Qué pasó con ese proyecto?
Cancelaron la serie. Por contrato debía esperar hasta diciembre de 2015 y, cuando quedé libre, decidí no irme para hacer casi un casting diario en la temporada en la que se preparan los pilotos.
¿Te gustaría trabajar para plataformas como Netflix o HBO?
Me apetecería estar donde pueda aprender porque ahora tengo muy presente el valor del proceso. Si escribo la carta a los Reyes Magos me pediría estar en The Night Of o American Crime.
¿Ha sido fácil desprenderte de Javier Morey, de El Príncipe?
No, es lo que más me ha costado. De hecho, cuando vi por primera vez Órbita 9 dije: “Si soy Morey. ¿Cómo puede ser?”. Si algo funciona y ha triunfado, inconscientemente lo vuelves a repetir.
Volviendo a tu experiencia en América. ¿Qué echas de menos?
La vida social que tenemos en España, donde es muy fácil que un extranjero eche raíces. En cambio, con la comida no tengo problema.
¿Y lo más gratificante?
Que en Los Ángeles no existe el fracaso. En nuestro país este término tiene un sentido peyorativo, al igual que la ambición, y si te caes es muy complicado volver a levantarte. Me da la sensación de que en EE.UU. nunca hay límite. Si estás dispuesto a trabajar duro y a sacrificarte, llegarás muy lejos.