Orgullo latino
Sin renunciar a sus raíces, la actriz de familia dominicana y puertorriqueña triunfa en el Hollywood comercial.
No tuvo una infancia fácil, por eso Zoe Saldana –Hollywood acabó para siempre con la virgulilla de su apellido original– disfruta a tope de la vida. Nació en Nueva Jersey, de padre dominicano y madre boricua, hace 39 años, pero creció en Queens con sus dos hermanos. A los 9, perdió a su padre en un accidente de coche y se trasladó con su madre a la República Dominicana. Y allí pasó su adolescencia, estudiando y practicando ballet.
Con la mayoría de edad, Zoe se mudó a casa de su abuela en Nueva York, dejó la danza y optó por la interpretación ya que le daba “pereza” la universidad.
Protegida de Cameron
Debutó en 1999 en un episodio de Ley y orden y al año siguiente en la gran pantalla con el musical El ritmo del éxito. Luego vinieron numerosos papeles secundarios (La terminal; Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra; En el punto de mira…) hasta que en 2009 James Cameron la eligió como protagonista de Avatar y J. J.
Abrams para el renacimiento de la mítica Star Trek.
Desde entonces ha trabajado en casi 40 películas, ha regresado a la televisión con una versión de La semilla del diablo y ha cumplido uno de sus sueños, interpretar a Nina Simone, aunque fue cuestionada al no ser ‘suficientemente’ negra.
El viernes estrena el filme Guardianes de la Ga
laxia 2, en el que repite como Gamora, personaje que aparece en Vengadores: La guerra del infinito (I) que rueda ahora. Además, a lo largo del año intervendr á en las t res próximas entregas de la saga Avatar, que llegarán en 2018, 2020 y 2022.
Orgullosa de sus raíces latinas, hace gala de su bilingüismo y en casa solo habla español, aunque su marido, el artista plástico Marco Perego, con quien se casó en Londres en 2013 y ha tenido tres hijos, es italiano.
Tras rodar el cortometraje Kaylien, en el que cuenta varias historias de amor, y un episodio de la serie The Ropes, se ha fijado como próxima meta dedicarse más a la dirección.