De un sorbo
Y en la obra de ChéjovTres añosque representas, sufres de desamor. ¿A ti cómo te ha tratado la vida?
Vivo en una montaña rusa, no en un crucero tranquilo. Cuando me entrego soy generoso, puro y transparente. Tal vez por eso he recibido palos, pero he aprendido de ellos.
¿Te has sentido acosado por la fama?
En El internado una fan consiguió mi número de teléfono, estuvo llamando dos o tres meses seguidos y dejando mensajes. Otro seguidor, ya maduro, me siguió durante un tiempo y me agobió, pero acabó sin más.
Eres capricornio. ¿Cómo te defines?
Yo destacaría mi espíritu de sacrificio y mi fuerza de voluntad.
¿Alguna afición?
La cocina me relaja. Un planazo para el viernes es ir al mercado y preparar una cena para que disfruten mis amigos. Bordo el humus.
Y también te gustan los perros.
Tengo dos, Trion, de tres años, y otro pequeño de año y medio que rescaté en Cádiz.
¿Por qué te decidiste por el teatro?
No lo sé. En mi familia no hay antecedentes. Mi padre era ingeniero industrial y mi madre funcionaria. A mi padre le gustaba el cine y me llevaba con frecuencia. El teatro empezó a gustarme en el instituto. Allí, la gente se sorprendió con mi trabajo y lo avaló.
¿Qué tipo de música prefieres?
Escucho de todo. Me encanta la música clásica y soy fan de los Dire Straits.
En televisión has hecho muchos papeles cómicos, pero fuiste nominado al premio Ninfa como mejor actor dramático por El internado.
Me da igual hacer drama o comedia. Lo que me atrae es disfrutar del trabajo a través del juego de la interpretación.
Tu sueño es crear una sala multicultural...
Sí, un campus donde hacer teatro, proyectar cortometrajes y dar rienda suelta a distintos proyectos. Un lugar donde experimentar con la naturaleza y tener clases de equitación y deportes como la esgrima y el atletismo.
¿Algún reto pendiente?
Me encantaría producir, escribir y dirigir mi propia película. ¿Cafetero? Tomo un café con leche por la mañana con un par de tostadas y otro después de comer. ¿Te despiertas de buen café? Prefiero no hablar hasta que bebo uno. ¿Qué haces antes de dormir? Pienso en lo que he hecho durante la jornada, hablo conmigo mismo y con mis dos perros. ¿A quién invitarías? A Steven Spielberg, uno de los referentes de mi adolescencia. No darías ni agua… A los que alardean de violencia machista y los que tienen que ver con el maltrato. Si el café te diera superpoderes… Querría ser invisible y poder leer la mente de los demás. Recomiéndame un libro… E=mc2, de David Bodanis. Explica como un cuento la ley de la relatividad. Me hizo entender que hay que currarse las cosas.