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Charlotte Le Bon, entre dos hombres en La promesa

Solo han pasado cinco años desde que Charlotte Le Bon debutó con Astérix & Obélix: Al servicio de su majestad y ya tiene 15 películas en su carrera. En los últimos meses ha estrenado Operación Anthropoid, de Sean Ellis; Proyecto Lázaro, del español Mateo Gil, y ahora llega La promesa, un drama romántico con el genocidio armenio de telón de fondo.

La actriz, nacida en Québec (Canadá) hace 30 años, trabajó como modelo desde los 16 a los 24 años, una profesión que la llevó a vivir en Tokio y Nueva York y que la hizo tremendamente infeliz.

La chica del tiempo

Cambió la pasarela por el programa Le grand journal, de Canal+, donde presentaba las previsiones meteorológicas con mucho humor. Steven Spielberg vio algunos de sus sketches-surrealistas y, tras hacerla una entrevista por Skype, la recomendó a su amigo Lasse Hallström para Un viaje de diez metros (2014).

Antes ya había rodado La espuma de los días, de Michel Gondry; Yves Saint Laurent, en la que dio vida a la caprichosa Victoire Doutreleau, musa del famoso diseñador, y El desafío (The Walk), su película más taquillera hasta la fecha.

Alejada de los focos y de las alfombras rojas, conoce muy bien los peligros de la fama gracias a sus padres, los actores Brigitte Paquette y Richard Le Bon. Para preservar su vida privada, la actriz reside desde hace seis años la capital francesa, donde rodó el filme Asalto en París, que no se estrenó por su similitud con los atentados de noviembre de 2015–sala de conciertos Bataclan y otros cinco ataques simultáneos– y El secreto del hielo, una comedia de Marie Madinier.

Inquieta por naturaleza, es también fotógrafa e ilustradora – cuelga sus trabajos en su web– y en 2016 protagonizó su primera exposición de litografías en la galería Cinéma de París. Tras un año intenso, se ha tomado unos meses de descanso.

También es fotógrafa y una original ilustradora