El teleadicto Juego de tronos
Iba a comentar pero para qué, ya lo sabéis todo. Así que voy a hablar mejor de la que para mí es la nueva gran aspirante a sentarse en el Trono de hierro de Mediaset: Toñi Moreno. No es una batalla menor. La que fuera cara del programa más cuestionable a nivel moral de la historia reciente de la tele, Entre todos, ha reaparecido, esta vez sí, para quedarse. Es tremendamente hábil, Toñi. Dio un primer paso seguro en Antena 3 con El árbol de tu vida, ese panegírico orquestado para adorar a famosos-amigos. Todo emotividad, todo sonrisas, todo agradecimientos. Como si cruzara un lavadero de coches, solo unos minutos después ya estaba en Telecinco, limpia, brillante y en zapatillas. Protegida por Cuarzo, Toñi ha conquistado el territorio Campos con solo dos espadazos. Viva la
vida, dice el título. Viva Toñi, que se destapa como una aprendiz superdotada: domina el arte de María Teresa de hipnotizar al invitado con halagos para que se confíe; sabe usar el clásico escudo de Ana Rosa para desvanecerse cuando sus colaboradores mordisquean un tema sucio y después da la puntilla sin mancharse; y si tiene que entrar en combate, golpea con la ironía y el sentido del espectáculo de Jorge Javier y remata con las sentencias grandilocuentes de Sandra Barneda. Una auténtica Wonder Woman de la tele en directo que confesó estos días que aspiró a ser actriz en Al salir de clase. No debe ser mala, porque a sus habilidades se suma la sensación de que, como mujer, esconde más que cuenta. La presentadora parece tu vecina de tan natural que es, pero si la miras a los ojos… ¿sabes de verdad cómo es? Para mí es un misterio. Y me encanta que sea así.