Días de celebración TORTOSA
La capital del Delta del Ebro, en Tarragona, revive su pasado renacentista entre bailes y torneos del jueves 20 al domingo 23.
Atravesada por el Ebro y protegida por las montañas de Els Ports y las sierras del Cardó y del Boix, Tortosa, ciudad bimilenaria donde convivieron tres siglos judíos, moros y cristianos, celebra la Fiesta del Renacimiento.
El penúltimo fin de semana de jul io más de 3.000 vecinos ataviados con vestimentas de época recrean su esplendor en el siglo XVI, con espectáculos, bailes, torneos y un despliegue de manjares de aquel tiempo, como el bacalao con miel, los huevos con llardurffes (chicharrones) y la búrnia de higos (conserva). No es el único festejo del verano, ya que el primer domingo de septiembre se celebra la Fiesta de la Cinta, en honor a la patrona.
El casco histórico
Las murallas protegen un casco histórico con edificios destacados, como los Reales Colegios y la catedral de Santa María, seo levantada sobre el foro romano y mezquita que desde 1931 es basílica. Tiene tres naves con bóvedas de crucería, una inacabada fachada barroca y neoclásica, y un claustro que albergó un refugio antiaéreo en la Guerra Civil y hoy se puede visitar.
En lo alto de una colina, dominando la ciudad, está el castillo de la Zuda, de origen andalusí y vinculado a la Orden del Temple desde su conquista por Ramón Berenguer IV en 1148. Ha sido polvorín, palacio, cárcel, Cuartel General del Ejército Republicano en la contienda y hoy Parador Nacional.
Tesoros modernistas
Tortosa posee además un rico patrimonio modernista, fruto del auge de la burguesía de finales del XIX, con una veintena de edificos como la Casa Pallarés y la Casa Piñana, el antiguo matadero, sede del Museo de la Ciudad, el mercado municipal, de Joan Torras y Guardiola, ‘el Eiffel catalán’, y la Cámara de Comercio.
Cerca de los jardines del Príncipe está la judería, un entramado de callejuelas que se puede visitar con Blanca, la Judía de Tortosa, una dama que regresa de 1471 para mostrar la sinagoga donde se casó, su casa y el Portal de los Judíos, donde invita a un vino kosher y deleita con cantos sefardíes.
También se puede disfrutar del Ebro pedaleando por la Vía Verde, practicar escalada y barranquismo en el Parque Natural de Els Ports, observar aves en los miradores del delta, y visitar Pinell de Brai, La Fatarella, batea y Vilalba dels Arcs, escenarios de la batalla más cruenta de la contienda.