‘Rihanna: moda rock’.
Comprobado el éxito del reality ‘Las Kardashian’, el canal del grupo Secuoya se atreve con otro icono mediático estrenando en nuestro país el concurso de la antillana de ojos verdes.
La artista busca al mejor diseñador en el nuevo concurso de Ten
La artista más influyente de las dos últimas décadas, según la revista Billboard, la millonaria número 16 en la lista mundial de Forbes, la gran figura universal de la música y la moda y la premiada actriz secundaria de la película Battleship (2009) tenía un territorio aún sin conquistar: la televisión. Un ‘olvido’ que queda subsanado con Rihanna: moda rock, el talent show de diez capítulos que TEN estrenará en España el miércoles 2 de agosto en tandas de dos.
Emitido primero en Gran Bretaña en Sky Living y posteriormente adaptado a EE.UU. en Bravo, el concurso tiene una mecánica sencilla. En cada uno de los capítulos, 12 aspirantes a diseñadores de estrellas dispondrán de un tiempo limitado para crear un vestido para un evento al que acudirá una amiga de Rihanna.
El jurado, compuesto por el productor y cantante Pharrel l Williams – creador de Happy, entre muchos megaéxitos–, la modelo Erin Wasson y el estilista de Rihanna Mel Ottenberg decidirán quién se lleva el premio de 100.000 dólares, además de un reportaje en una revista de moda y la posibilidad de formar parte del equipo de la cantante. El sueño de cualquier enamorado de la cultura pop del siglo XXI.
“Una mañana de invierno de 2003 estaba en la playa con mi mujer en Barbados cuando una chica se plantó delante de mí y empezó a cantar. Tenía una voz maravillosa, iba maquillada con mucho gus- to, vestía pantalones pirata y deportivas a juego y me miraba con unos ojos verdes increíbles. Me dijo que se llamaba Robyn Rihanna Fenty, que tenía 15 años y que quería triunfar en la música”. Evan Rogers, productor y compositor de discos de Christina Aguilera, Anastacia o Kelly Clarkson, relata así uno de los momentos más importantes de la música pop del siglo XXI.
Su llegada a Nueva York
Después de oír en el hotel sus versiones de Hero de Mariah Carey y Emotion, de Samantha Sang, Rihanna obtuvo el permiso de su madre, Monica, para viajar a Nueva York y firmar un contrato de seis discos con Jay Z y su compañía Def Jam Recordings. Así comenzaba la leyenda.
“Siempre echo de menos mi tierra, sus playas, los amigos y la comida tan increíblemente sabrosa”. Rihanna, de 29 años, siempre ha
El premio es 100.000 dólares y un empleo en el equipo de la artista
declarado sentirse muy orgullosa de su país y de sus compatriotas, pero, como ocurre tantas veces, el éxito en las listas de ventas –el primero fue Pon the Replay, más de 85 millones de reproducciones en Youtube desde 2005– era el mejor modo de escapar de una familia con muchos problemas.
Su padre Ronald, de origen irlandés, alcohólico, maltratador y adicto al crack, del que ha heredado los ojos verdes, pasaba semanas lejos de la familia que habitaba una chattel house, como llaman a las humildes casas de madera trasladables de la costa del país.
“No sería la persona que soy sin haber vivido aquello porque ahora puedo sobrevivir en un mundo a veces muy duro”, cuenta, y por eso colabora con numerosas ONG que ayudan a niños enfermos o en situación de pobreza.
El Día de Rihanna
Además, no ha dejado de visitar su país –antes solo conocido por ser cuna de algún jugador de cricket, el casi sagrado deporte nacional– que la ha recompensado con la adoración general y con la declaración del Rihanna Day, el 20 de febrero, su cumpleaños y fies-
ta nacional. No es el único gran momento de la carrera de Riri, como la llaman sus íntimos.
La mujer de los 21 tatuajes tiene el récord casi imbatible de 210 millones de descargas legales de sus canciones en internet, ha vendido 54 millones de discos –y eso que saca casi uno al año– y ha colocado más números 1 en las listas estadounidenses que el mítico Michael Jackson.
Solo diez años después de su llegada a la fama con su primer éxito
“No sería la persona que soy sin haber superado una infancia dura”
Umbrella, la cantante es también la reina de la moda. Desde que lanzara en 2011 una serie de camisetas Armani Jeans, ha puesto su sello en gafas de Dior –su primera modelo negra–, zapatos Manolo Blahnik, calcetines Stance, zapatillas Puma e incluso en una colección de labiales, llamada Riri Woo, cuya primera tanda se agotó en solo tres horas.
Mientras, no abandona su labor humanitaria y acaba de ser galardonada por la Universidad de Harvard por la creación de su fundación Clara y Lionel, en honor de sus abuelos. Comenzó su discurso diciendo con una sonrisa: “No hace falta ser rico para ayudar a alguien. Ni tampoco famoso”.