Siete días en imágenes
Al final se produjo la catástrofe. El domingo 1, la mayoría de los colegios designados para acoger el referéndum ilegal por la independencia de Cataluña abrieron, pese a la tibia orden en contra emitida por los Mossos: 2,2 millones de catalanes, según el Govern, acudieron a votar con la oposición, en algunos casos violenta, de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que cumplían orden del Tribunal Constitucional.
Más de 800 heridos después, el Gobierno y la Generalitat se apresuraron a celebrar el ‘triunfo’ –“El referéndum no ha existido” llegó a decir Maríano Rajoy, y “la voluntad del pueblo catalán es vinculante”, expresó Carles Puigdemont–, para profundizar en un doloroso desgarro que crece minuto a minuto.
La gran víctima ha sido la convivencia entre los ciudadanos y la imagen exterior de España. Los medios extranjeros recogían las brutalidad de las cargas policiales y los rostros de algunos heridos mientras la UE difundía el lunes 1 un comunicado recordando que el referéndum “no era legal” pero “la violencia no puede ser un instrumento en política”.
El mismo día, mientras miles de estudiantes de Barcelona volvían a llenar la Plaza de Cataluña para protestar contra la represión y las principales fuerzas sociales convocaban una huelga general, Carles Puigdemont reclamaba la retirada de la Guardia Civil y Policia Nacional y solicitaba la mediación internacional para seguir el proceso independentista.
En un clima de máxima tensión el presidente Mariano Rajoy iniciaba conversaciones con PSOE y Ciudadanos en una crisis que no ha hecho más que comenzar porque la brecha es cada vez mayor y la declaración unilateral de independencia más temida. Al cierre de estas páginas, no había fecha para el diálogo en una comunidad desgarrada.