Fernando y Natalia, presuntos culpables
Se han descubierto en escena interpretando a dos personajes muy potentes que abordan temas tan actuales como el abuso de poder y el machismo, en la obra de teatro Oleanna, del escritor David Allan Mamet, estrenada en 1992, y que representan en el teatro Bellas Artes de Madrid.
Vuelta al escenario
“La obra tiene un gran texto y para mí era un reto enorme. Estamos muy contentos con el resultado”, dice Fernando Guillén Cuervo, que se mete en la piel de John, un profesor de universidad que, tras la petición de una alumna, Carol ( Natalia Sánchez), de subirle la nota de un examen, crea un auténtico huracán escénico tratando temas como el abuso de poder o el acoso sexual. “Este personaje me atrajo por su profundidad, por la riqueza de su lenguaje y por la manera de abordar la actualidad. John y Mamet me han hecho volver al teatro. No me subía a un escenario desde hacía 17 años”, explica Fernando.
Por su parte, Natal ia Sánchez también está muy enamorada de la obra. “Era una gran prueba meterme en la piel de un personaje así . Y me parece muy importante que
Oleanna haya creado un punto de reflexión en los espectadores”, comenta.
Teatro y televisión
Se han hecho famosos por sus trabajos en la pequeña pantalla. Natalia se dio a conocer siendo una niña en Los Serrano y luego, ya de mayor, trabajó en Amar en tiempos revueltos. “Tengo recuerdos maravillosos de cuando empecé en televisión. Gracias a aquellos grandes compañeros afiancé mi vocación”. Fernando tiene una reconocida carrera con series como El Ministerio del Tiempo, El caso o Los misterios de Laura, entre otras, y ahora compagina Servir y proteger, donde vuelve a intrepretar a un policía, con estas intensas representaciones. “Lo he hecho muy mío y me encanta. Eduardo Velasco es un agente de la vieja escuela que tiene que adaptarse a los nuevos tiempos. Me está dando la oportunidad de conocer a la policía de distinta manera”.
Ambos actores se miden solos en escena, por lo que su comunicación ha llegado a ser total. “Natalia ha sido un descubrimiento asombroso para mí. Es maravillosa y tiene mucha humildad. Para nosotros esta obra es como hacer un taller diario de tea- tro. Nos hemos hecho grandes amigos”. La actriz también ha encontrado en Fernando un buen apoyo encima del escenario y un maestro. “Nos entendemos a la perfección. Esta obra requiere una gran compenetración con tu compañero, algo que hemos conseguido. Además, estoy aprendiendo mucho de él”, concluye.