El teleadicto
Cada vez que escucho que una serie es “el último fenómeno de Netflix”, me acerco con recelo. Es una ciencia inescrutable el saber qué título de los cientos, incluso miles, que se estrenan al año, va a alcanzar esa categoría, y no siempre va a asociado a una calidad asombrosa. Recuerdo The OA, paranoia trascendental en la que los protagonistas (y Paz Vega, que luego reconoció en esta revista que no entendió ni papa) acaban bailando una especie de aserejé interplanetario para evitar no me acuerdo qué… Algo parecido me está provocando Dark, la ficción que seguramente te han recomendado esta semana. Se trata de una suerte de versión alemana de Stranger Thingscruzada con The Killingmás un punto de Les revenants; es decir, un Frankenstein bien cosido pero sin alma. Es llamativo que tiene puntos en común con Lazonade Movistar, tanto por la estética nórdica como por construir la trama alrededor de una central nuclear. Como decía hace un par de semanas, nuestras series están más que listas para competir en este mercado internacional, así que fuera prejuicios. Yo lo tengo claro: Lazonaes más consistente que Dark. Hablando de los efectos secundarios del plutonio, la alcaldesa de Barcelona, Ada
Colau, contó en Sábado Deluxe que ha tenido novios y novias. Que viva la radioactividad. En serio. Donde parece que la mayoría ve oportunismo electoral, yo prefiero quedarme con un testimonio natural, abierto y en positivo sobre experiencias que comparte con muchísima gente. Mejor que usar el bullying para ridiculizar a otra persona, ¿no cree, señor Arturo Pérez-Reverte? Eso sí que es un pésimo guión.