Pedro Alonso,
El actor gallego de 46 años habla del modo en que aborda sus personajes y de su pasión por la pintura.
de Traición, en La 1: “En el fondo soy sensible”
Pedro Alonso El villano Berlín de ‘La Casa de Papel‘ es Roberto, otro tipo siniestro en ‘Traición’
Súltima traición fue consigo mismo, al aceptar el papel de Roberto en pleno rodaje de La Casa de Papel, confiesa Pedro Alonso, que ha compaginado ambas series: “Casi muero en el intento por falta de energía, pero aquí sigo”.
¿Qué destacas de ese personaje tan intenso?
Cuando me lo ofrecieron sentí un rechazo absoluto. Es un tipo explosivo, que se ha erigido en guardián de algo que en el fondo odia: su familia y su patrimonio, una jaula de oro. Pero lo he trabajado desde su corazón herido y necesitado de afecto.
Su obsesión es el dinero.
En lo personal y lo profesional, como le pasa a muchos en esta sociedad, empeñados en escalar socialmente a costa de vender su alma al diablo y de dejar su salud espiritual en el camino.
¿Te ha creado alguna controversia este papel?
Por supuesto. Yo no sé trabajar por imitación, así que he tenido que entrar, a pico y pala, en mis zonas más oscuras.
¿Como te llevas con tu ‘madre’ Ana Belén?
La he visto cantar y actuar en cine y teatro, y siempre la he admirado. Es un privilegio, ver y oler esa pasta especial de la que está hecha, al volcarse en una serie como esta, que requiere muchas ho- ras. Es una gran profesional, que además como compañera se ha comportado de igual a igual.
Vienes de hacer un psicópata en La Casa de Papel.
Sí, otro tipo oscuro pero frío y controlado; en cambio Roberto es como una bomba de relojería, al borde del trastorno bipolar. Un macho alfa peligroso.
¿Te van los villanos?
El culpable de que últimamente esté en ese bando es Ramón Campos [productor de Bambú]. Me vio en la serie gallega Padre Casares de cura buenazo, pero debió ver en mí una parte oscura (risas).
¿Cómo eres en realidad?
En el fondo soy muy sensible, pero no soy lacrimógeno ni lanzo exabruptos como mi personaje. Ante el dolor me recojo.
De joven fuiste rebelde y viviste en plan hippy.
En efecto, pero ahora estoy en un momento constructivo, sano, en el que empatizo hasta con las piedras. Me cuido, me gusta mi trabajo y medito desde hace años para conocerme mejor…
“Medito para conocerme
mejor”
¿Te queda tiempo para la pintura, tu otra pasión?
Desde que empecé hace unos diez años sigo pintando como un animal; antes hacía más retratos figurativos, pero últimamente hago mancha con tinta china. Muestro mis obras en La Parrala, mi taberna en la calle Humilladero de Madrid, y en Instagram, como antesala a una futura exposición.
¿Tu hija sigue tus pasos?
Está en el primer curso de Comunicación Audiovisual. Yo empecé Periodismo, pero enseguida lo dejé para estudiar Arte Dramático.