Paz Padilla.
Con Desatadas vuelve al teatro en una comedia dirigida por Félix Sabroso sobre las consecuencias de las mentiras
Paz ha vuelto al teatro, haciendo un hueco los fines de semana en su apretada agenda profesional, de la mano de Félix Sabroso. La obra Desatadas, que acaba de estrenar en el Teatro Rialto de Madrid, está hecha a su medida y muestra una imagen muy distinta de la actriz y presentadora, una faceta con lo que ella espera sorprender.
Ahora también podemos verte en las tablas…
Sí, me apetecía un montón volver a los escenarios. Ahora tengo más tiempo desde que Jorge Javier ha regresado a Sálvame, y también en
La que se avecina. Y como soy hiperactiva, como dice mi madre, pues lo llevaré muy bien.
¿Qué te atrajo de Desatadas?
El guión, que me llegó por medio del fotógrafo de la serie, Joao, amigo de Félix. Me habían hablado muy bien de él y cuando lo leí, me flipó. Es una crónica de la mentira, porque todos vivimos así de alguna manera. El público se va a reír mucho, ya que todo está contado en clave de comedia. Y si yo estoy mal, dará igual, porque el resto están muy bien.
¿Por qué piensas que estás mal?
Es algo que se me pasa por la cabeza, pero es la gente la que tiene que evaluarme. Yo lo estoy disfrutando mucho, y eso es lo importante.
¿Haces personajes distintos?
Sí. Somos tres actrices en escena, Natalie Pinot, Rocío Marín y yo, que interpretamos varios papeles cada una, y luego todo está perfectamente vestido detrás. Hay música y danza, pero particular y especial.
¿Te influyen las críticas?
Pues yo las leo y no pasa nada. A veces me parecen ciertas, y las que me hacen suelen ser constructivas. No creo que nadie me odie.
¿Tu hija ha visto la obra?
Anna es muy crítica conmigo. Me ha visto en todos los registros y me para los pies y me pone freno todo el tiempo. Además es blogger y vigila cómo voy. Ahora está de Erasmus en Londres y yo la visito cuando puedo.
¿Y le gusta?
Como me encanta viajar, le digo que voy a practicar inglés. Me cogí varios billetes por 30 euros y me paso la vida allí (risas). Nos han sucedido muchas cosas curiosas en esas visitas. Lo último, un simulacro de atentado en una tienda de Victoria’ s Secret.
¿Es verdad que tu madre se enfadó mucho cuando te vio como La Chusa?
Sí, es cierto, pero yo le expliqué que era solo un personaje, no yo. Decía que le daba mucha pena verme como una drogadicta en televisión.
¿En quién te inspiraste para crearla?
Eso es algo que nunca diré, porque es una yonqui (risas). Sin embargo es un personaje muy bonito y yo la quiero mucho. Cuando Laura y Alberto Caballero me llamaron para el casting me dijeron que era muy difícil, pero tuve que hacerlo bien, tan entrañable, porque les gustó. Mi reto es interpretar muchos personajes y ser actriz durante toda mi vida.