Sorolla y la Moda, en Madrid
La moda fue una de las muchas pasiones de Joaquín Sorolla, el pintor más solicitado por la alta burguesía española a principios del XX que supo captar la luz del Mediterráneo como ningún otro. En sus viajes al París de la Belle Époque, capital de la modernidad internacional, y Estados Unidos, dibujaba los sombreros y vestidos que veía en la calle y que luego compraba para su mujer Clotide y sus dos hijas.
Doble sede
Sorolla y la moda, realizada conjuntamente por el Museo Thyssen y el Museo Sorolla, analiza esta faceta a través de 70 retratos femeninos, algunos nunca expuestos, que el valenciano pintó entre 1890 y 1920, en los que visten con las creaciones de diseñadores de la época como Worth, precursor de la alta costura francesa, Poiret, Lanvin y Chéruit, además de otros complementos de la mujer moderna.
La exposición del Thyssen se desarrolla en cuatro secciones: Sorolla íntimo, con las cartas que envía a su mujer desde París contándole las novedades en la moda y los vestidos que compra; El retrato de sociedad, con los encargos que recibió de la alta sociedad; El veraneo elegante, con estampas de Zarautz, Santander y San Sebastián, y obras tan destacadas como Clotilde en la playa; y París y la vida moderna, donde brilla Elena con túnica amarilla, en la que su hija luce el mítico Delphos de Fortuny que compró en 1909.
La muestra del Museo Sorolla, casa natal del pintor, se desarrolla en dos ámbitos: El retrato de sociedad, con varios encargos como el de la reina María Cristina, y Una familia elegante, dedicada a su mujer e hijas, especialmente a Elena.