‘Desaparecidos’.
El director y la presentadora valoran la resolución de los casos divulgados en su espacio y la activa colaboración de los espectadores por las redes sociales en las ocho entregas emitidas.
Paco Lobatón, Silvia Intxaurrondo y el reportero
José Araque nos revelan las claves para resolver cada caso
La cita es en la productora Prisa TV. El tiempo apremia porque Paco Lobatón y Silvia Intxaurrondo deben reunirse con el equipo para los últimos flecos del programa de esta semana, que emiten en directo desde Navalcarnero, Madrid.
Tarea no les falta, pues hay 6.050 desaparecidos en España; de ellos, 2.000 menores, y cada día se presentan unas cincuenta denuncias por este motivo. “Aquí hacemos periodismo de investigación riguroso, pero sin interferir en la labor policial, y cuidadoso con las emociones de todas las familias, no solo las mediáticas”, asegura el periodista, que retoma su compromiso con los afectados en televisión, veinte años después de
Quién sabe dónde.
Ocho reporteros
Él mantiene la dirección del espacio, pero ha cedido la presentación a Silvia Intxaurrondo, que hace balance de las ocho entregas: “Lo más gratificante es comprobar cómo nuestras investigaciones tienen resultado, llegando a localizar a personas desaparecidas en un periodo de tiempo muy breve”. “Y también ayudamos a que se reabran casos archivados, como el de Caroline del Valle”, añade Paco.
De 38 desapariciones urgentes en ocho programas, se han resuelto 8. “El número es mayor –afirma el reportero José Araque–, pues no se emiten todas, como la de un menor en Barcelona, que apareció estando yo allí; eso prueba que nuestro trabajo funciona como medida de presión”. Este buscador, que ha seguido el caso de Gabriel Cruz en Almería, añade: “El primer día, Paco nos dio un código de buenas prácticas sobre el respeto a las víctimas, para evitar caer en el sensacionalismo”.
Colaboración europea
Son ocho periodistas que, como él, viajan con dos cámaras, un productor y un técnico de sonido. “Las salidas surgen de un día para otro, y coinciden cuatro equipos fuera – dice Cheles Tordesillas, productora–. La más exigente fue a Polonia, por el caso de Olivia Encinas [seis años secuestrada por su madre]; se contactó con el programa de aquel país, Quién sabe
quién ha visto, para obtener los derechos de emisión de la entrevista a la madre, y se dobló, ¡todo en el tiempo récord de dos días!”.
“Tras salir la madre a la palestra, el padre nos llamó en busca de conciliación, y ayudaremos a que culmine con éxito. Al emerger 40 casos como el suyo, hemos acordado una colaboración estable con el programa polaco y no descartamos hacerla extensiva al holandés e italiano”, dice Paco.
Tampoco le pierden la pista a Borja Lázaro, fotógrafo desaparecido hace cuatro años en Colombia, y que tras hacerse eco en el programa de estreno, el pasado 24 de enero, un grupo de policías españoles se trasladarán al país para ayudar a su investigación.
Dos millones de audiencia
Otra de sus iniciativas es la sección Galería de espejos, con imágenes de niños robados, que apelan al espectador para su posible identificación. Y es que su implicación resulta decisiva, como reconoce Silvia: “Recibimos una avalancha de contactos por teléfono, redes sociales y también la aplicación del programa, con pistas o casos nuevos, durante la emisión y también entre semana”.
Las búsquedas urgentes que siguen abiertas figuran en la App y la web de Desaparecidos. “La gente comparte las fichas de esos casos, y agradece que refresquemos otros del pasado, como el de Manuela Chavero o Yéremi Vargas –dice Marta Tabar, del equipo de redes– .Y sobre todo, envían mensajes de aliento para las familias”.
Más de 100 personas trabajan en el directo; el del miércoles 14, con 1.900.000 espectadores y 12,9% de share, ha sido el más seguido, gracias a la entrevista a Patricia y Ángel, padres de Gabriel Cruz. “Los familiares, todos y cada uno de ellos, son los que nos dan al equipo una lección de fortaleza. Y la esperanza que nos transmiten nos guía para continuar nuestra labor de búsqueda”, concluye Silvia.