La caza de un asesino en serie
Tres investigadores aficionados se unen para diagnosticar al primer ‘psicokiller’ de la historia en Nueva York.
Roosevelt, antes de ser presidente, es el jefe de Policía
El término alienista, del francés aliéner (enajenar) empezó a utilizarse en los manicomios de Francia a finales del siglo XIX. Así se denominaba a los primeros psiquiatras y a los peritos forenses que determinaban aquellos delitos causados por enfermedades mentales.
En las últimas décadas, la palabra se popularizó tras el éxito de la novela de Caleb Carr (1994), origen de la serie homónima de diez episodios que llega el jueves 19 a Netflix, tras lograr una media de dos millones de espectadores en EE.UU., buena cifra para una cadena de cable como TNT.
Nueva York, invierno de 1896. El cadáver de un niño interrumpe la ronda nocturna de un policía y la alarma se extiende por toda la ciudad. El a l ienista Laszlo Kreizler (Daniel Brühl); el ilustrador de The New York Times John Moore (Luke Evans) y la secretaria de la Fuerza Metropolitana Sara Howard (Dakota Fanning), empiezan a investigar un caso a las órdenes del joven comisario Theodore Roosevelt (Brian Geraghty). El futuro inquilino de la Casa Blanca les advierte “tener un buen estómago”, ante lo que se avecina.
Veinte años de preparación
Dos años después de la publicación de su primera y millonaria novela, Caleb Carr anunciaba or-
gulloso que Paramount Pictures había comprado los derechos y quería a Sam Neill o Anthony Hopkins para encarnar a Kreizler y a Emma Thompson para el papel de la meticulosa ayudante Howard. Incluso el por entonces prometedor Curtis Hanson (La mano que mece la cuna) y el oscarizado Eric Roth (Forrest Gump) llegaron a firmar como director y guionista de la producción. Pero las negociaciones no fructificaron y Hanson acabó rodando L.A. Confidencial, Roth escribió El mensajero del futuro y Carr se concentró en una secuela aún más estremecedora, El ángel de la oscuridad.
Veinte años después, TNT se hacía con los derechos y contrataba a Cary Fukunaga, director de la primera temporada de True Detective, para la serie más cara de la historia: 7,5 millones por episodio. Ya en 2018, Fukunaga y Roth se retiran a labores de producción ejecutiva, sustituidos por varios directores, entre ellos, el español Paco Cabezas. Pero los dólares se mantuvieron, lo que permitió un lujoso rodaje de seis meses en Budapest y otros escenarios de Hungría; la construcción de más de 30 decorados urbanos, y el maravilloso vestuario decimonónico de Megan LePere-Schloop, habitual colaboradora de Fukunaga.
“El gran presupuesto nos ha permitido situar y ambientar de verdad una ficción en uno de los momentos más apasionantes de la
Los exteriores se rodaron en 30 decorados de Budapest
historia de Nueva York, recién creada la Policía y donde los especialistas en enfermedades mentales empezaban a trabajar como profilers; ahí es donde entra mi personaje”, cuenta el actor hispano-alemán Daniel Brühl, que este año ha estrenado la película The Cloverfield Paradox también en la plataforma Netflix.
Sherlock Holmes y Watson
“Las historias oscuras siempre me han inspirado. Para esta serie repasé los personajes de Sherlock Holmes y el doctor Watson, que son como Kreizler y Moore; la de Jack el Destripador, y la del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Además, mi mujer es psicóloga y pude consultar mis dudas con ella”, añade el actor, que rueda en todo el mundo gracias a su dominio de cinco idiomas.
Mientras discurre la trama de investigación, The Alienist también aborda otros temas, como el racismo, la inmigración y la pobreza, la relación entre los agentes de procedencia irlandesa y los forenses judíos, la prostitución infantil –las víctimas del psicópata asesino–, o la incipiente liberación de la mujer, simbolizada en la luchadora Sara Howard.
La actriz habla de su participación como un regalo: “Mi personaje es el deseado contacto de Kreizler y Moore en la Policía de la ciudad, una joven inteligente y trabajadora que sobrevive cada día al machismo butal, que vive en un cuchitril y siempre está sola. Hedisfrutado mucho con el papel”.
En espera de la acogida de los abonados a Netflix, en EE.UU. ya se habla de una segunda temporada, probablemente inspirada en la otra novela de Caleb Carr. El referente este thriller bastante clásico es la historia criminal y sentimental Big Little Lies, de HBO, pensada con un final cerrado pero que, tras su éxito, ya tiene preparada una segunda parte.
“Consulté las dudas con mi mujer, que es psicóloga” (Daniel Brühl)