Los grabados de Rembrandt
Rembrandt Harmenszoon van Rijn realizó unos 300 lienzos y más de 2.000 dibujos que le convirtieron en el maestro neerlandés del barroco. Pero con lo que realmente se enriqueció fue con sus láminas, en las que mostró su lado más cercano y espontáneo. De las 300 que llegó a estampar, 37 se reúnen en Rembrandt. Obra gráfica, una exposición en el Museo Lázaro Galdiano, propietario de medio centenar de ellas que adquirió el empresario y coleccionista en París a principios del siglo XX.
Sueños de grandeza
Rembrandt, que se inició en el grabado en 1620, en su ciudad natal, Leiden, tuvo una abundante producción hasta 1656, cuando se arruinó tras años de vida disoluta imitando a sus adinerados clientes. Vendió su taller, abandonó su casa en el mejor barrio de Ámsterdam y se instaló en el extrarradio, totalmente empobrecido. Pero como todo genio, revolucionó el concepto y la técnica: introdujo temas sociales –incluso mendigos y tullidos–y humanizó los religiosos y bíblicos; creó potentes efectos de luz y sombra e hizo del retrato y autorretrato – llegó a pintar 32– sus principales señas de identidad.
De los 37 grabados que se exhiben, 36 son inéditos, solo se ha mostrado al público El artista y la modelo, que inspiró a Picasso, y muestran la variedad de géneros, la evolución y las forma de trabajar las estampas. Hoy, el maestro holandés está considerado como uno de los mejores grabadores de la historia junto a Durero, Goya y Picasso.