Genios de la modernidad
En 1988, el marchante y poeta milanés Arturo Schwarz donó al jerosolimitano Museo de Israel 800 obras dadaístas y surrealistas que fue atesorando a lo largo de su vida. Más de un centenar de ellas se reúnen en Duchamp, Magritte, Dalí. Revolucionarios del siglo XX, una exposición con obras además de Max Ernst, Tanguy, ManRay, Calder, Picabia y Janco, que analiza las obsesiones de los dos movimientos artísticos más radicales: el dadaísmo, que surgió en el Cabaret Voltaire de Zúrich abanderado por Tristan Tzara, y el surrealismo, que nació en París de la mano de André Breton. Les unía una desbordante imaginación y el afán por revolucionar el arte, romper con el pasado e inventar un mundo nuevo dominado por lo onírico y lo imposible.
Entorno de Tusquets
El arquitecto Óscar Tusquets, que fue amigo y colaborador de Dalí, ha diseñado el montaje de la muestra, que incluye una reconstrucción de la Sala Mae West que ambos crearon en 1975 para el Museo de Figueras y la instalación 1.200 sacos de carbón, de Duchamp.
Las pinturas, esculturas y montajes se distribuyen en cinco secciones: Yuxtaposiciones maravillosas, El automatismo y su evolución, Biomorfismo y metamorfosis, Ilusión y paisaje onírico y Deseo: musa y abuso, y entre ellas destacan El castillo de los Pirineos, de Magritte; Ensayo surrealista, de Dalí, y Main Ray, de Man Ray.