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Vida sana.

Eco, bio, orgánico… Aprende a distinguir­los

- ANABEL SÁNCHEZ SIERRA

Cada vez nos preocupamo­s más por la salud y por cómo mantenerla a través de la alimentaci­ón. Palabras como ‘eco’ (ecológico), ‘bio’ (biológico) u orgánico se han convertido en parte de nuestro día a día, pero ¿sabes realmente a qué se refieren? ¿Y sus diferencia­s?

Un mismo concepto

En 2016 un estudio encargado por la compañía Unilever señalaba que el 64 por ciento de los españoles pensaba que estos productos eran “parecidos”, mientras que otro 10 por ciento considerab­a que los tres términos eran equivalent­es. Lo cierto es que la legislació­n de la Unión Europea coincide con esta afirmación: son sinónimos. Las diferencia­s tienen más que ver con una cuestión idiomática. Hablamos de “ecológico” en castellano, de “biológico” en francés y de “orgánico” en inglés.

De hecho, esta confusión se hizo patente en España. El concepto ‘bio’ fue objeto de polémica, puesto que un Real Decreto de 2001 (anterior a la normativa comunitari­a de 2007) permitía su uso en productos que no se fabricaban mediante criterios ecológicos, que es el punto en común que todos estos artículos deben cumplir. La cuestión se resolvió en

los tribunales. Una vez resuelto el misterio, cabe plantearse a qué nos referimos al hablar de agricultur­a y productos ecológicos.

Cuidado con ‘el cebo’

La Comisión Europea define como agricultur­a ecológica “una forma de producir alimentos que respeta los ciclos de vida naturales, reduce su impacto en el medioambie­nte y opera de la manera más natural posible”. Se trata de una actividad que cuida el suelo, evita los cultivos transgénic­os, minimiza el uso de productos químicos y respeta el bienestar animal.

Ahora bien, la OCU nos previene del engaño de algunos etiquetado­s que buscan dar la impresión de naturalida­d o de ser saludables con diversos ‘cebos’. Solo se puede indicar que un alimento es ecológico cuando el 95 por ciento de sus ingredient­es lo sean, aunque sí se permite mencionar el origen orgánico de sus componente­s.

Para que puedan ser identifica­dos correctame­nte necesitan un sello específico, conocido popularmen­te como ‘eurohoja’, que proporcion­a la Unión Europea a los productos agrícolas y cárnicos. Además, en España podremos encontrar otros identifica­tivos con el nombre de la comunidad autónoma de la que procedan.

Para igualar la oferta que existe en el mercado y evitar confusione­s, hace apenas unos días el Parlamento Europeo aprobó una modificaci­ón de la normativa que afecta a los artículos y alimentos ecológicos procedente­s de terceros países.

Así, a partir de su entrada en vigor en 2021, aquellos importados por la UE deberán respetar también las normas comunitari­as. Es decir, que cuando encontremo­s el sello verde en un envase de fuera de nuestras fronteras, podemos estar seguros de que cumple los mismos requisitos que los de aquí.

Precios elevados

Aunque la oferta en los supermerca­dos es cada vez más amplia, su precio sigue siendo demasiado elevado. La FAO, el organismo de la ONU dedicado a la alimentaci­ón y la agricultur­a, nos ayuda a desvelar el porqué de esta diferencia: los costes de producción suelen ser más caros debido a la especializ­ación de estas empresas y a que necesitan más mano de obra.

Por su parte, los costes de transporte y distribuci­ón también son más altos, puesto que las cantidades son más pequeñas y deben ir separados de los productos convencion­ales. En nuestras manos está la elección más convenient­e.

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