La corrupción desaloja al PP
En una semana de infarto, el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó los Presupuestos Generales del Estado, fue herido de muerte por la sentencia del caso Gürtel, se enfrentó a una moción de censura y, finalmente, fue relevado por el PSOE y Pedro Sánchez, séptimo presidente de la democracia que ni siquiera es diputado. El nuevo líder llega al poder gracias al apoyo de Podemos, PNV, Compromís, ERC, EH Bildu y PDeCAT pero sobre todo debido a la trama de corrupción más grave de la democracia española.
Solo un día después del éxito de Montoro, la Audiencia Nacional condenaba el jueves 24 a 29 acusados con 351 penas de prisión, incluyendo al propio Partido Popular, como persona jurídica beneficiada de un “sistema de corrupción institucional”, según recordó el secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos en la primera intervención de la moción. Y salió adelante, “por ética” como señaló el PNV, cuyos diputados fueron decisivos: 180 a favor y 169 en contra. Esta es la primera crítica al Gobierno que tiene éxito de las tres que se han presentado en nuestra democracia. “Acepto el resultado pero no comparto lo que se ha hecho”, dijo Rajoy en su despedida.
El Gobierno de Pedro Sánchez, “de inspiración socialista” y cuya primera medida ya ha sido crear un Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, tendrá que hacer frente en el Senado a las enmiendas del PP a sus propios presupuestos. Empieza “una nueva página de la democracia en este país, firme y con instituciones ejemplares”, en palabras de Sánchez, que estrenó cargo recibiendo al presidente de Ucrania.