Viajes.
AGUILAR DE CAMPOO La villa palentina, acoge hasta noviembre una nueva edición de ‘Las Edades del Hombre’.
Aguilar de Campoo (Palencia)
Hasta el 18 de noviembre, Aguilar de Campoo acoge Las Edades del Hombre, una buena razón para conocer esta villa medieval donde se funden naturaleza, cultura y espiritualidad, el punto de partida de la ruta del Románico Norte, la mayor concentración de templos de este estilo en Europa.
Vigilada por un castillo del siglo XIII, en lo alto de la peña Aguilón, Aguilar cuenta con una señorial plaza Mayor presidida por la colegiata de San Miguel, templo gótico con portada románica y un retablo renacentista atribuido a Juan de Vallejo, discípulo de Berruguete. Destacan además típicas casonas castellanas de piedra, como el palacio de los Marqueses de Aguilar.
Otros templos románicos importantes son la ermita de Santa Cecilia, con dos singulares capiteles, uno con flores de acanto y otro que narra la matanza de los inocentes, y el monasterio de Santa María la Real, conocido popularmente como el Convento Caído, que fue un importante centro cultural, abandonado con la desamortización de Mendizábal en 1836, hoy sede del Centro Expositivo del Románico y del Territorio.
Las seis puertas
Junto al río Pisuerga que serpentea en un pequeño cañón, se conservan los restos del monasterio de Santa Clara, hogar de un grupo de clarisas que viven en clausura dedicadas a la oración y a la repostería, y los restos de la muralla medieval que, a pesar de haber sido casi derribada por Pedro I el Cruel, aún conserva seis de las siete puertas.
Frente a la de Tobalina, se encuentra el Museo de Ursi, con una colección de tallas de madera del escultor palentino Ursicino Martínez. Del antiguo barrio judío se conservan algunas casas en piedra de toba caliza y madera con vistosos entramados.
A las afueras de la villa se encuentra el embalse del Pisuerga, el más grande de la provincia, donde practicar deportes acuáticos y relajarse en su playa artificial; el Cañón de la Horadada, donde el río ha formado cuevas; el Valle de Recuevas, con formaciones rocosas que invitan a la escalada, y la Cueva de los Franceses.