La casa televisiva de Samanta
La calle fue su primer escenario televisivo; luego habló de su maternidad, y ahora Samanta Villar ha abierto las puertas de su casa. Aunque no es su domicilio habitual, la presentadora ya ha convertido en su hogar este chalet barcelonés donde Mediaset ha colocado libros, muebles, fotografías, ropa y hasta juguetes de sus hijos.
“Aquí convivo con mis invitados durante la graba- ción del programa, y articulamos su historia. ¡Una experiencia preciosa!”, dice Samanta.
Serán diez entregas y, tras hablar del amor y el pasado, lo hará sobre la paternidad, los secretos, las mujeres, el sacrificio o el vicio; y entre sus inquilinos estará su propia familia: “Me expongo igual que siempre. Es periodismo vivencial llevándolo al terreno de la cotidianidad para generar confianza”.
La periodista confiesa que su capacidad de sorpresa sigue intacta: “Siempre surge algo que supera mis expectativas. La realidad es alucinante, y estoy todo el día con la antena puesta y tomando notas. Además, después de cono- cer tanta gente, soy capaz de prever comportamientos. En realidad todos somos algo previsibles”.
No a los frikis
Como directora, es la responsable de los contenidos: “Hemos prescindido de algunos por frikis, como el de unos siameses que se mueven en monopatín. A veces las historias son tan rocambolescas que provocan que el espectador se pierda”.
Samanta está inmersa en la promoción de su tercer libro, La carga mental femenina, que saldrá el martes 19: “Dará qué hablar. Hace referencia a la responsabilidad de las mujeres, sobre todo con los hijos. Por eso reivindico la necesidad de que los hombres se impliquen más en todo… Cuando trabajas tantas horas y en puestos superexigentes, no te da la vida”.
“Me paso todo el día con la antena
puesta”