93 Viajes.
Matera, encanto italiano
Hasta mediados del siglo XX, Matera era la vergüenza de Italia por las terribles condiciones en las que vivían sus habitantes, hacinados en casas-cueva excavadas en la toba volcánica, típica de la región de Basilicata, junto al ganado, sin agua corriente ni luz eléctrica.
En 1952, los vecinos fueron realojados en barrios periféricos y la ciudad cayó en el olvido sirviendo solo de plató de cine, por su parecido con Jerusalén, para una treintena de películas como
Rey David y El Evangelio según San Mateo.
En 1993 fue declarada Patrimonio de la Humanidad y comenzó una restauración acelerada tras el rodaje de La pasión de
Cristo, de Mel Gibson, cuando se dio a conocer globalmente.
Este año comparte la capitalidad cultural Europea con la ciudad búlgara de Plovdiv y, bajo el título de Futuro abierto, reúne un amplio programa de actividades centrado en la inclusión social y cultural y en la innovación colaborativa. El plato fuerte es la función al aire libre de la ópera Cavalle
ria Rusticana, de Pietro Mascagni, una producción en colaboración con el Teatro de San Carlo de Nápoles, el 14 de julio.
Los Sassi
Desde la Piazzetta Pascoli y la Piazza Vittorio Veneto, bajo la que se encuentra el Palombaro Lungo, se tiene una vista panorámica de esta laberíntica ciudad, la tercera más antigua del mundo, tras Alepo y Jericó, formada por callejuelas, iglesias, cisternas y casas superpuestas, unidas por galerías. Todo este entramado excavado en la roca alberga restaurantes y tiendas.
Se divide en dos barrios, los Sassi, el de Caveoso, el más antiguo, y el de Barisamo, donde se encuentra el complejo de San Agustín, y entre los dos, la ciudad antigua donde se levanta la catedral, de estilo románico pugliese, con un campanario y bellos frescos bizantinos.
Desde aquí se desciende al Caveoso, con la iglesia de San Pedro; la Casa Grotta, un museo dedicado a los agricultores; la iglesia de Santa Lucia alle Malve, un asentamiento de monjas benedictinas del siglo XI; el palacio Pomarici, sede del Museo de la Escultura Contemporánea, y el palacio Lanfranchi, que alberga el Museo de Arte Moderno y Medieval de Basilicata. También destacan las iglesias barrocas de Santa Chiara, del Purgatorio y San Francisco de Asís.
En las afueras, está el Parque de la Murgia, con 150 iglesias rupestres como la de San Leonardo, San Giacomo, Capuccino Vecchio y Santa Cesarea, y la Cripta del Peccato Originale, ‘la Capilla Sixtina’ de la ciudad, una impresionante red de cuevas con frescos benedictinos de los siglos VIII y IX.