‘Volando voy’
El aventurero leonés dice que “hay que vivir donde uno es feliz”, por eso reside en un pueblo de su tierra.
En esta quinta tanda del programa de Cuatro, Jesús Calleja vuelve a viajar en su helicóptero a siete lugares para poner el foco en las necesidades de la España rural.
Mercedes Milá de vez en cuando me quita la caravana
Defensor a ultranza de los pueblos, llega dispuesto a lanzar ideas para que los jóvenes monten negocios y vuelvan a vivir en las zonas rurales. Espera convencer a la audiencia cada domingo con la quinta entrega de Volando voy, que acaba de estrenar en Cuatro.
¿Qué novedades veremos?
Más allá de que hagamos un programa, creo que podemos ayudar de verdad a recuperar esa España vaciada. El futuro de los pueblos pasa por una regeneración de juventud; un turismo esperanzador, ilusionante, sostenible y que los jóvenes conecten con esa idea. Veremos algunos que montan negocios donde jamás imaginarías.
¿Cómo se puede salvar?
Con nuevas formas de atraer turismo, que llegue riqueza a la zona; iniciativas que hagan a los jóvenes quedarse y tener oportunidades de trabajo real.
¿Inviertes en esos proyectos?
Sí. Aunque no en todos, porque no tengo dinero.
Tú eres de pueblo…
De Fresno de la Vega, pero vivo en otro distinto, metido en un bosque, donde veo la montaña. Somos 14 vecinos. Tengo al lado León capital, y si quiero ir a Madrid, cojo un AVE y ya está.
¿Qué vida haces allí?
Me levanto y salgo a entrenar, subo a una montaña, corro, hago mucha bicicleta… y casi nunca vuelvo a comer a casa. Tengo un huerto con hortalizas; me gusta ver cómo crece mi lechuga… Uno tiene que vivir donde es feliz, y yo lo soy allí. Vivo en un pueblo porque en una ciudad me muero.
¿Qué ventajas tienes?
Ver a mis padres, comer con ellos sin prisas, quedar con mis amigos de toda la vida y reírnos de tonterías, pero juntos. Nos vemos todas las semanas. Llámame tonto, pero no quiero otra cosa en la vida. Renunciaría a todo lo que soy y he hecho por no vivir en una ciudad.
En el estreno de esta tanda estuvo Mercedes Milá…
Es amiga mía y también es de pueblo. Me visita de vez en cuando, me quita la caravana. Le gusta saber lo que descubrimos, pero eso no quiere decir que vaya a haber un conocido cada semana.
¿Encuentras gente interesante en zonas rurales?
Este espacio es como un imán; esa tercera edad que hace lo que le da la gana. Me muero de risa con ellos. Son personas tan maravillosas, tan de verdad. Me fascinan.
¿Mantienes el contacto después?
Tenemos correos de algunos que dicen que les hemos cambiado la vida, como Marigel [María de los Ángeles Álvarez], de Asturias, una luchadora que perdió a su marido en Alemania cuando iban a volver a su tierra, y la llamaron los Reyes, emocionados con su historia. Le han concedido la Medalla al Mérito Civil.
¿O sea que los Reyes os ven?
Ahí nos hemos dado cuenta de que sí, que nos siguen.