La trinchera infinita
Antonio de la Torre protagoniza de este drama claustrofóbico de los directores de la premiada ‘Handia’.
Viejos desvanes, falsos fondos de armarios y casas en ruinas fueron algunos de los escondites en los que los ‘topos de la posguerra’ pasaron décadas ocultos por miedo a las represalias franquistas. Una dolorosa realidad reflejada en los libros Los topos, de Manuel Leguineche y Jesús Torbado, y Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, y en las películas El hombre oculto, Mambrú se fue a la guerra y 30 años de oscuridad.
Ahora retoman el tema Jon Garaño, Aitor Arregi y José María Goenaga, autores de las premiadas 80 egunean, Loreak y Handia, que, por primera vez, se han alejado del País Vasco y del euskera para rodar La trinchera infinita, un
claustrofóbico drama galardonado con los premios a Dirección, Guion – de José María Goenaga y Luiso Berdejo–, y FIPRESCI a Mejor Película en el pasado Festival de Cine de San Sebastián.
33 años de calvario
España, 1936. Higinio es un concejal republicano de un pueblo andaluz tomado por los golpistas que, tras el ‘paseo’ de sus amigos, se esconde en un agujero cavado en la casa que comparte con su mujer Rosa. Allí, enterrado en vida, permanecerá hasta 1969, año de la amnistía franquista para aquellos sin delitos de sangre.
Estructurada en una docena de capítulos cuyo título son conceptos claves del relato, el filme, que combina drama, comedia e intriga, apuesta por una sobria y teatral puesta en escena – excepto las persecuciones del inicio–, y consigue transmitir la desesperanza, rabia, miedo e impotencia de su protagonista, un estupendo Antonio de la Torre. Junto al malagueño, brilla Belén Cuesta, con una interpretación llena de matices.
+16 ESP.2019. Drama. 147 min. Dir.: Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga. Int.:Antonio de la Torre, Belén Cuesta. #LaTrincheraInfinita