El teleadicto
Más allá de los pactómetros de la noche del domingo y de los miles de análisis previos y posteriores, de esta repetición electoral me quedo con una imagen. Más bien con una sensación, con un presentimiento creo que muy compartido. El que transmitió El
debate de La Sexta entre cinco mujeres políticas de primer nivel. No es lugar para entrar en las ideas que enfrentaron. Lo potente es que ese momento televisivo lanzó un mensaje de fondo, algo así como el temblor antes del terromoto: sin ellas, no se puede. Y tampoco se puede esperar más. Ya que me he venido arriba, aprovecho para saludar la confirmación de una figura mediática que lleva esa transformación necesaria en su ADN personal y periodístico: me refiero a Gonzo y a su prometedor arranque al frente de Salvados. En apenas tres entregas ha confirmado que el programa que Jordi Évole crio con tanto cariño y esmero no podía estar en mejores manos. Por un lado ha comprendido el tono envolvente y emocional de este formato único, mostrando su cara más empática, que no paternalista, con, por ejemplo, las víctimas de acoso sexual. Por otro, ha sabido encauzar ese estilo más directo y combativo que es su seña de identidad para afrontar los cara a cara con una madurez que resulta tan implacable como respetuosa. Yo temía que impostara un punto naif para acercarse a su predecesor, pero ha sido fiel a su carácter sin chirriar en el conjunto.
¡Y hasta aquí la intensidad política! Qué ganas de poder hablar de por favor…